martes, 23 de abril de 2013

9 meses; diario de un embarazado (parte 2)

Autor: Saiikeiilove
Resumen: Mejor lee, y preferiblemente, llega hasta el final del fic  ^^u
Pareja: Koyashige
Genero: comedia, ficción
Advertencia: embarazo masculino, un poco de lemon


PARTE 2



Sexto mes de embarazo…

Mi cuerpo parecía algo más estabilizado; me había acostumbrado a la barriga, a los cuidados de Koyama, y a la sensación de que esos dos revoltosos patalearan dentro de mi vientre sobre todo cuando oían la música en los ensayos.

Si, a pesar de mi avanzado estado de embarazo, seguía trabajando, ensayando con News para nuestro próximo single. Y aunque dudaba poder subir a un escenario a cantar y bailar como siempre lo había hecho, ahí seguía insistiendo en mi trabajo para que fuera lo más natural posible.

-¡Gomen!- de nuevo perdí el paso, y tanto la música como los chicos, se detuvieron por mi.

-¿Otra vez? ¡Shige, nos has hecho parar 4 veces seguidas! A este paso seremos incapaces de actuar mañana.- genial, había conseguido que Tegoshi se cabreara… pero la presentación seria al día siguiente, y el paso que dominaba, de pronto lo había dejado de dominar.

-Lo siento.. pero resulta que tengo a dos bebés que no están quietos dentro de mi barriga, y como comprenderás, pierdo el equilibrio en los giros.- ¿es que pensaba que lo hacia a propósito?  ¡Tegoshi tenia suerte de no estar embarazado!

-Pues si no puedes, dilo y tomate un descanso.-

-Estoy bien, no necesito descansar.-

-Chicos, chicos… estamos perdiendo más tiempo así.- Koyama comenzó a mediar de inmediato, últimamente siempre tenia que dar la cara por mi ante los chicos. -Tego-chan, no le des pie a discutir, anda muy sensible...- le susurró al oído, pero le oí perfectamente.

-Te he oído.- refunfuñé mirando a Koyama.

-Si, si, todo ese asunto de las hormonas… pero si no puede, que lo diga y ya está, cambiamos el paso o nos inventamos ¡no pasa nada!.- miré mal a Tegoshi por un momento, pero él quizás tenia razón.

-No te preocupes, porque mañana haremos esa presentación, y por mi parte, saldrá perfecta.- por un momento sentí ganas de llorar, pero enseguida me giré intentando aguantarme… aquellos cambios hormonales me volvían loco.

-Shige.. ¿estas llorando?-

-No~~- lloriqueé cuando Massu se acercó a mi lado para preguntarme, pero no me dijo nada más, solo sacó un pañuelo de papel y me lo pasó con una sonrisa.. -gracias…- al menos había alguien que me entendía un poquito..

-Chicos, Shige y yo nos tomaremos un descanso.- miré a Massu de reojo, sabia que intentaba ayudarme, pero estaba causando problemas a todos con mi torpeza.

Acepté a irme con Massu y descansar un poco; necesitaba en cierto modo desahogarme y contarle como me sentía… decirle que el embarazo no era tan bonito como lo pintaban, que me sentía agobiado, y que Koyama lo único que hacia era ver el lado bueno de esa situación.. pero justo entonces, la puerta de la sala se abrió.

-Koyama-kun, Kato-kun, ¿podéis venir un momento?- nuestro manager entró en la sala llamándonos para algo, en ese momento, Koyama y yo nos miramos.

Al momento, estábamos ambos sentados frente a él… nos miraba muy serio, con el ceño algo fruncido y sus codos apoyados sobre sus rodillas así como su barbilla sobre sus manos entrelazadas.

-¿Ocurre algo?- miré de reojo a Koyama cuando preguntó eso, yo ya creía saber por qué nos había llamado..

-Pasa que Kato-kun no puede seguir trabajando en su estado.- nada más decir eso, quise que la tierra me tragase.

¿Se había dado cuenta? Claro, mi estado era más que evidente ya, y a nuestro manager no se le había pasado por alto a pesar de no haberle contado nada.

-No se a que se refiere...- si, me empeñaba en ocultarlo, pero sabia de ante mano que eso no daría resultado.

-Me refiero a tu avanzado estado de embarazo.. ¿cuándo pensabas contármelo?- suspiró pesadamente y luego miró a Koyama. –tu eres el responsable de esto, ¿verdad?-  ¡en ese momento si que quise morirme! ¿nuestro manager sabia lo nuestro? ¿quién más lo sabia?
 
-Si.. y yo también le he dicho que debería descansar.. pero Shige se empeña en seguir.- desvié un poco la mirada cuando Koyama me miró, no quería encontrarme con su mirada de preocupación en ese momento.

-Kato-kun, no puedes trabajar así, seria peligroso..- le miré un momento; ¿solo eso? ¿no lo veía raro? ¿no se llevaba las manos a la cabeza? ¿por qué actuaba como si fuera lo más normal del mundo también él? -es mejor que suspendamos la grabación de mañana, no creo que estés en condiciones....-

-Me parece bien, los chicos estarán de acuerdo...- ¿Koyama le apoyaba? nada más oírles decir eso me levanté poniendo mis manos sobre la mesa.

-¡No hay necesidad de eso! Estoy bien, ¡puedo hacerlo! no necesitamos retrasar las actividades de News.-

-Shige cálmate...-

-¡No! ¡No quiero calmarme! No soy ningún inútil, ¡puedo hacerlo! ¡Mañana subiré a ese escenario y lo haré perfectamente!- me di media vuelta dando por zanjado el tema, y enseguida salí de allí.

-Koyama-kun, ¿podrás encargarte de esto?-

-Si...-

**************

-Shige, ¿está todo bien?- me preguntó Massu cuando pasé a su lado caminando lo más rápido que la barriga me permitía.

-Perfectamente...- le respondí con la voz entrecortada.

Me alejé de allí; quería llorar, ¡me trataban como si fuera un inútil! pero conseguiría sacar ese maldito paso de nuevo; me subiría al escenario al día siguiente, ¡y grabaríamos esa presentación! Aunque entonces mi embarazo estuviera en portada de todos los periódicos de Japón.. después de todo, ¡nadie veía raro que un hombre estuviera embarazado!

Puse la musica y comencé a practicar de nuevo ese paso. ¡Solo necesitaba coger el punto del equilibrio! Pero parecía que no había forma de conseguirlo.

Llevaba ya un buen rato intentándolo... pero tuve que detenerme cuando comencé a sentir que ya no podía más. Era inútil ¡aquella barriga lo complicaba todo!

-Shige ¿no deberías descansar un poco? Llevas desde esta mañana con los pasos.- Koyama se acercó a mi preocupado mientras me pasaba una toalla para secarme el sudor.

-No, tengo que conseguir mantener el equilibrio en este paso a pesar de la barriga.- lo volví a intentar, pero tropecé con mis propios pies casi cayendo al suelo de no ser por Koyama.

-No lo hagas, hemos suspendido la presentación de mañana.- le miré cuando el oí decir aquello.

-No será cierto…- asintió algo serio. -¿por qué lo habéis hecho sin contar conmigo? ¡he dicho que puedo hacerlo!-

-¿Por qué tienes que ser tan terco? ¿Es que quieres lastimarte o que les pase algo a los bebes?- cuando me dijo aquello algo enfadado, me di cuenta de que tenia razón.. ¿y si les pasaba algo a ellos por andar ensayando esos pasos? -también son mis hijos Shige.. y no quiero que os ocurra nada a ninguno de los tres, ¿entiendes?- asentí levemente, completamente desmoronado en realidad. -vayamos a casa, prepararé un buen baño para que te relajes.- me tomó de la mano y le seguí sin decir nada.

Realmente me estaba esforzando demasiado, pero News había pasado por tantas cosas ya, que no quería que volviera a quedarse atrás por mi. Pero después de todo, ya no era solo yo o el grupo; si no también esos bebes.

********************

Intenté relajarme un poco en el agua, pero ellos dos no se quedaban quietos.. podía sentir como mi barriga parecía un parque de atracciones.

-¡Ouch! Dejadlo ya.- me quejé llevándome una mano al lado izquierdo de mi barriga.

-¿Eso ha sido una patada?- me preguntó Koyama mientras se desnudaba para meterse a la bañera conmigo.

-Si.. no han dejado de hacerlo durante todo el día.. pensé que ellos también se relajarían con el baño.- suspiré y le dejé sitio para que se acomodara tras de mi.. en ese momento apoyé mi espalda contra su pecho quedándome un poco más relajado.

-No se mueven ahora.- sonreí cuando puso sus manos sobre mi vientre intentando sentirlos.

-Eso parece... deben estar cansados ya.- nos quedamos callados, pero no sentimos nada en ese momento.

A decir verdad, no me había percatado del riesgo que suponía los ensayos para los bebes. Mi cuerpo ya no podía hacer ciertos movimientos, al menos no tan deprisa… quizás seria mejor rendirme un poco y aceptar la cancelación de ese programa.

-Creo que debería hablarles más para que me reconozcan y me den patadas.- esas palabras me hicieron reír, y nada más apartar su mano, uno de ellos se movió.

-Rápido Keii pon la mano.- tomé su mano y la llevé al lugar esperando una nueva patada, y así fue. –¿la has sentido?-

-¡Si! Es asombroso.- me encantaba verle sonreír por aquello, siempre ponía esa cara de tonto la cual adoraba.  –nee Shige-chan... ¿estas ya más tranquilo?- me preguntó sin dejar esas agradables caricias.

-Uhm...- asentí, al menos las ganas de llorar ya se habían pasado.

-Estoy muy feliz de que vayamos a ser padres.- eso ya lo sabia; él realmente lo deseaba. -dime Shige.. ¿qué se siente?-

-¿Eh? Pues que dan patadas y se mueven...-

-No me refiero a eso.. si no a la sensación de tener a alguien más dentro de ti... a ese “vinculo” entre madre e hijo.- ¿me acababa de llamar “madre”? aunque en cierto modo, lo era.. –¿sientes como si fueran parte de ti? mi hermana decía eso.. que desde el primer momento, ya no quieres que le ocurran nada, que le proteges a toda costa.- me quedé pensando ante esas palabras.. ¿yo sentía eso? definitivamente no era del todo así.

-No.. lo se...- susurré confundido.

Llevé mis manos a mi barriga y suspiré. Los podía sentir.. estaban ahí dentro desde hacia 6 meses, eran algo que Koyama y yo habíamos creado, realmente eran parte de los dos, quizás lo más preciado que tendríamos nunca.

-Vuelven a moverse... creo que comienzan a conocer mi voz.- volvió a deslizar sus manos por todo mi vientre revolucionando a los bebes; eso me hizo sonreír.

Era agradable que hiciera aquello; que acariciara con tal dulzura mi barriga, que les hablara y les contara cosas tontas.. que les cantara cada noche.. me hacia sentir que quisiera protegerlos a toda costa.

-Creo que.. empiezo a comprender ese vinculo..-


Séptimo mes de embarazo…


Ya había oscurecido, y con ello, acabábamos de colocar las cortinas en el cuarto de los bebes. Habíamos pasado todo el día libre decorando la habitación... preparándolo todo, y es que ya quedaba relativamente poco para que llegasen a casa.

-¿Sabes? Tenias razón Shige, al final el color crema ha sido el mejor para esta habitación.-

-Ya te lo decía, los bebes necesitan colores suaves en los primeros meses de vida.- aquello me llevaba a recordar que semanas antes, habíamos acabado discutiendo por como pintaríamos el cuarto.

Al final me había salido con la mía; me aprovechaba de que Koyama me mimaba demasiado.. y de que si me llevaba la contraria en lo más mínimo, me daban ganas de llorar. El poder de las hormonas en un embarazo era realmente fuerte.

-No puedo creer que ya solo falte menos de 3 meses.- el simple hecho de oírle decir aquello, me hizo sentir un intenso escalofrío.  –pero no te preocupes, estaré a tu lado, ¿ne?-

-¿Podrías dar a luz por mi?- le pregunté con un suave puchero; realmente era algo que me daba pánico.

Me sonrió y tomó mi rostro entre sus manos uniendo sus labios a los míos para besarme  dulcemente. No solo el parto me daba miedo, si no lo que vendría después... todo eso de criar a dos bebes, de no ser nosotros solos nunca más.. aquello me ponía nervioso.

-Mira, la habitación ha quedado preciosa, ¿no te parece?- me abrazó poniendo sus manos en mi barriga; realmente me encantaba que hiciera eso.

-Si… ya está todo preparado.- suspiré y sonreí suavemente.

Habíamos decorado una habitación preciosa para los bebes; sus cunas, el armario con toda la ropita que habíamos comprado y nos habían regalado.. incluidas las prendas con calaveras por parte de Tegoshi, y las de ultima moda gracias a Massu… lo cierto es que todos se habían volcado demasiado con nosotros, y el hecho de que nadie lo viera como algo raro, había ayudado mucho.

-¿Qué te parece si vamos a dormir ya?-

-¿A dormir?- sentí su suave aliento en mi cuello, y eso me hizo estremecer de tal forma, que me mordí los labios derritiéndome por él. -se me ocurre algo mejor que dormir…- le sonreí tomándole de la mano y le arrastré hasta nuestro dormitorio.

***************************

Apagué la luz de la habitación y acabamos de quitarnos la ropa. Sentía que iba a morir de deseo en ese momento.. justo cuando vi como Koyama quedaba completamente desnudo frente a mi.

Me mordí los labios deslizando mi mano por su pecho.. su piel estaba cálida, pero es que yo sentía arder todo mi cuerpo.

-¿Estas cómodo así?- me preguntó cuando quedé a cuatro patas sobre él, acorralando su cuerpo.. mi barriga prácticamente quedaba apoyada sobre su abdomen.

-Estoy bien así, deja de preocuparte.- le refunfuñé inclinándome para besarle.. pero no, no estaba cómodo así, sentía que nuestros cuerpos presionaban mi barriga.

-Pero.. la barriga... no quiero que te lastimes.- 

-No me lastimo.- volví a besarle, pero cuando fui a tumbarme sobre él, me di cuenta de que mi barriga realmente había crecido desde la ultima vez.

Busqué la forma de acomodarme.. ¡pero era realmente incomodo! Hasta ese momento habíamos podido hacer el amor sin problema.. pero esa noche estaba resultando un verdadero fastidio a pesar de que mis hormonas andaban completamente eufóricas por tenerle.

-Shige.. ¿qué tal si yo me pongo encima esta vez?- le miré.. sabia que él se había dado cuenta de que me cansaba cada vez más al moverme contra su cuerpo.

-No, no, está bien.. puedo estar encima.- me incorporé quedando arrodillado entre sus piernas, pero cuando quise alzar sus caderas sobre mis muslos, mi vientre lo impidió.

Por un momento me quedé sin saber de que forma hacerlo.. estaba claro que había crecido, que no podía ser yo quien le penetrase por mucho que quisiera... me cansaba, me resultaba incomodo, y cada vez se veía como algo mucho más extraño. 

-Shige, ¿estas bien?- Koyama se incorporó quedando sentado frente a mi, y cuando acarició mi mejilla, le miré sintiendo mis mejillas arder.

-Hazlo tu.- me miró confundido. –me tumbaré ahí y.. dejaré que tu lo hagas.. de todas formas, no puedo quedarme embarazado otra vez mientras ya lo estoy ¿no?- desvié la mirada completamente avergonzado; era la primera vez que le pedía estar en esa posición, y no estaba siendo la forma más romántica de todas..

-Pero.. ¿estarás bien? Si quieres podemos dejarlo para otro momento.- me dijo aquello y le miré casi queriendo matarlo.

-Oyeme bien Keiichiro.. tengo una barriga de casi 7 meses y medio, tengo a dos bebes dentro de mi que ya casi no me dejan moverme, y mis hormonas están pidiendo a gritos hacer el amor contigo, así que no me vengas con que podemos dejarlo para otro momento porque si lo haces, me buscaré a otro.- me miró completamente sorprendido, y yo me sentí como un idiota desesperado mientras me moría de la vergüenza.

-Túmbate.- me ayudó a hacerlo delicadamente, con cuidado.. y con esa amable sonrisa en sus labios.

Temblé al sentir como sus dedos comenzaban a prepararme mientras me besaba; como sus caricias me hacían desear más... pero cuando pensé que tan solo sus dedos me llevarían al final, se detuvo mirándome algo asustado.

-¿Qué pasa?- le pregunté jadeando, ansioso porque lo hiciera de una vez.

-¿Y si.. le hago daño a los bebes?- me quedé mirándole intentando asimilar esa pregunta ¡aquello ya era lo único que me faltaba!

-No.. vas a hacerles daño.-

-¿Tu crees?-

-Claro.. olvídate de eso y sigue.- le tomé de la nuca para besarle, pero a pesar de dejarse llevar, parecía realmente preocupado por aquello. –Keii relájate.. me estoy ofreciendo a ti, ¿no deberías estar pensando en eso? a los bebes no les va a pasar nada, no vas a golpearlos ni nada por el estilo, así que déjate de tonterías.- intentaba hacerle entrar en razón, y cuando por fin asintió, sonreí encantado.

Siguió besándome, acariciándome.. hasta dejarme completamente al limite y desesperado por sentirle. Entonces se acomodó arrodillado ente mis piernas y yo flexioné las mías alzando un poco mis caderas... pero cuando por fin pensé que lo haría, se detuvo por completo.

-¡No puedo hacerlo! No puedo hacer esto si  se que los bebés estan ahí dentro.- me quedé mirándole serio, esperando una explicación un poco más convincente. –seria raro ¿no? es que veo tu barriga, y pienso que ellos están ahí...-

-No te gusto.- le interrumpí sintiéndome rechazado.

¿Qué le pasaba? Él siempre me había insinuado el poder cambiar los papeles alguna vez, ¡era yo quien le evadía y se negaba! hasta aquella noche en que me quedé embarazado.. y desde entonces, no había vuelto a ocurrir. Se lo estaba ofreciendo en bandeja, me tenia completamente caliente, y aun así, ¿lo dudaba? Solo podía pensar que él ya no me veía como antes.

-¿De qué hablas?-

-¡De que ya no me ves atractivo, que ya no quieres hacerme el amor porque esto no es normal!- me cubrí la cara con ambas manos queriendo llorar, pero él las apartó lentamente.

-¿Qué no es normal?-

-¡Qué este embarazado!- aunque el mundo se hubiera vuelto loco y viera a hombres con barrigas por todas partes, ¡seguía siendo de locos! –¡ni siquiera se cuando pusiste esa larva dentro de mi!- me di cuenta de la barbaridad que acababa de decirle, y cuando le miré, él me estaba mirando completamente confundido.

-¿Qué larva?-

-Ninguna, olvídalo.- ya ni sabia que decía, solo quería despertarme de ese maldito sueño.

-Perdona, no quería hacerte sentir mal, no has dejado de gustarme ni mucho menos, y créeme que te deseo tanto o más que antes.-

-Entonces.. ¿por qué no lo haces?-

-¿De verdad quieres que lo haga?- asentí a esa estúpida pregunta, y dándome una de esas sonrisas que me derretían, me besó.

Lloriqueé suavemente entre sus labios, separé mis piernas dejándole espacio, y sin dejar caer su peso sobre mi, se acomodó entre ellas. Me aferré a su cuello abrazándome a él.. y un momento después, él ya estaba dentro de mi..

-Keii...- le llamé mirándole a los ojos.

–Te quiero Shige-chan...- susurró suavemente en mi oído.

Aquel extraño sueño no acababa, pero aunque deseaba despertarme, cada vez había más momentos en que deseaba que aquella fuera la más pura realidad.


Octavo mes de embarazo…


Cambié una vez más el canal de la televisión; no encontraba nada que me gustase, ¡me aburría! Y eso que antes deseaba tener un solo día libre para pasármelo tumbado viendo la tele o leyendo...

¿Por qué Koyama podía seguir trabajando y yo no? Ah claro.. porque él no estaba embarazado de dos bebes que cada vez le permitían menos el movimiento.

Se habían enterado en la empresa de mi embarazo; ya era imposible disimularlo, y a pesar de que pensaba que pondrían el grito en el cielo y me echarían directamente, solo me mandaron a casa a descansar hasta después de dar a luz.

En realidad toda la Jimusho ya lo sabia... y es que mi barriga no había pasado desapercibida durante los 2 últimos meses. Aun así, no lo habían visto como algo extraño.. quizás ya imaginaban sobre mi relación con Koyama, pero de ahí a estar embarazado, había un largo trecho.

Aunque a decir verdad, ya me había acostumbrado a ese extraño sueño; a los síntomas del embarazo, a ver a otros hombres en mi misma situación por la calle como si fuera lo más normal del mundo.. al parecer, aquello se había convertido en mi realidad.

Apagué la tele y alcancé el libro que tenia a mi lado. Mejor seria leer un poco mientras Koyama llegaba a casa...

¡Eso era otra cosa! ¡Apenas le veía durante el día! ¿Y si me ponía de parto antes de tiempo? Temblé ante ese pensamiento, no lo quería ni imaginar.. además, aun me quedaba varias semanas para salir de cuentas.

Las horas pasaron.. cada vez me costaba más levantarme para ir al baño, y eso que era a cada momento.. los bebes ya casi no podían moverse al estar más apretados en mi interior.. pero llegados a ese punto, solo deseaba que estuvieran bien.

Acaricié mi barriga tontamente.. últimamente me pasaba los ratos así. ¿En qué me había convertido? Quizás ya hacia tiempo que me había resignado a ese sueño del que ya ni siquiera pensaba en despertar.

-Tadaima.- me sobresalté al oír a Koyama llegar, pero cuando intenté levantarme de nuevo, me hundí un poquito más en el sofá. –¿Shige?- se asomó al salón buscándome, pero se quedó mirándome como tonto.

-¿Puedes ayudarme? No puedo levantarme ahora.- le extendí mi mano, y él la tomó tirando con cuidado de mi.

-Si que pesas... creo que te veo más gordito que esta mañana.- besó mi barriga acariciándola con cariño, y saludando a sus hijos, luego me besó a mi.

-Gracias.. siempre es bueno que te digan algún piropo.- suspiré resignado, aunque ya sabia que a Koyama le encantaba verme así.

-Sabes que te quiero.- me robó un beso que me hizo sonreír.

-¿Como te ha ido hoy?- le pregunté yendo a la cocina para preparar la cena.. y mientras Koyama me ayudaba, le dio tiempo a contarme todo su día.. al menos con él allí no me sentía tan asustado por si los bebes se adelantaban.

****************

En mitad de la madrugada desperté con un intenso dolor en el vientre. Me llevé allí la mano; mi barriga estaba dura como una piedra, pero tanto esa sensación como el dolor, pasaron al momento.

-Shige.. ¿pasa algo?- me preguntó adormilado.

-Creo que ha sido una contracción.- me asusté cuando Koyama dio un salto de la cama y se giró a mirarme.

-¿Una contracción?- asentí, pero cuando el dolor parecía pasarse del todo, volví a sentir lo mismo.

Me encogí llevándome las manos a la barriga intentando aguantar; dolía mucho, esta vez había sido más fuerte que la anterior. Por un momento me asusté ¿y si me ponía de parto en ese momento? Traté de respirar y relajarme, hasta que el dolor pasó.

-Creo que ya está...- sonreí un poco más tranquilo, y Koyama tomó mi mano haciéndome sentir la suya temblorosa.

-¿De verdad estás bien? Igual deberíamos ir al hospital, ¿no?-

-No es necesario.. ya se ha pasado.- le sonreí haciéndole ver que no pasaba nada, pero una vez más, el dolor se repitió... –creo que... será mejor ir al hospital...- solté una suave risita de puro nerviosismo, y al momento, Koyama conducía de camino al hospital.

*************

-Si, Shige ya está de parto, vamos camino al hospital.- no lo podía creer.. ¿había llamado a Tegoshi para decírselo? –ok, encárgate tu de avisar a Massu.- ¡le miré queriendo decirle que era un tonto! ¡No tenia que llamar a nadie en ese momento! Pero una nueva contracción me hizo quedarme callado.

Me ayudó a bajar del coche y entramos hasta la recepción. Por algún motivo, el dolor iba a menos y no tan seguido.. parecía como si las contracciones se estuvieran pasando.

-Keii...- la llamé para decírselo, pero solo estaba pendiente de la chica del mostrador..

-Está de parto, lleva más de media hora con contracciones fuertes, ¡creo que los bebés van a nacer ya!- Koyama se estaba poniendo más que histérico en ese momento...

-Esto.. Keii...-

-Tienen que llamar a su medico para que le asista, ¡y una silla de ruedas! ¡No puede caminar por el dolor!-  él seguía.. ¡no podía creer que todo eso estuviera ocurriendo!

-¡Koyama!- entonces reaccionó y se quedó mirándome. –¿quieres calmarte? Creo.. que ha sido una falsa alarma...- se quedó mirándole cuando le dije eso, y en ese preciso momento, se mareó acertando a sujetarse al mostrador... –Kei ¿estas bien?- me acerqué a él, la chica de recepción también lo hizo abanicándole un poco.

-Así que una.. falsa alarma...- rió con cierta ironía, y en ese momento me sentí avergonzado.

-Lo siento.. pensé que era de verdad...- ¿como iba yo a saber que era una falsa alarma? ¡Era la primera vez que estaba embarazado!

Koyama se repuso un poco, y cuando lo hizo, la chica nos avisó de que el medico nos vería de todas maneras en ese momento. Solo tuvimos que esperar un poco más; una media hora durante la cual Koyama me preguntó a cada minuto si volvía a tener contracciones.. pero estaba claro que los bebés no nacerían esa noche.

-¡Keii-chan!- miré al fondo de la sala cuando oí una voz conocía llamar a Koyama.. sin duda era Tegoshi acompañado de Massu.

-¡Shige! ¿Qué haces aquí? ¿No estabas de parto?- me preguntó Massu confundido al verme sentado en la sala de espera tan tranquilamente y muerto de sueño..

-Una falsa alarma.. ¿verdad Shige-chan?- Koyama me sonrió con cierta ironía, pero en realidad él parecía tomárselo bien a pesar de haberle sacado de la cama a mitad de la madrugada.

-Dolía mucho...- me quejé defendiéndome.. ¡no había querido ir al hospital por gusto!

-¿Entonces no nacerán todavía?- negué con la cabeza a la pregunta de Tegoshi, y él pareció decepcionado.

-De todas formas el medico le verá ahora y ya nos dirá que ha pasado y como está todo.- Koyama tomó mi mano mientras les explicaba aquello, y yo solo apoyé mi cabeza sobre su hombro.. me sentía agotado.

-Entonces deberíamos volver a casa...- abrí los ojos al oír a Massu, él me sonrió suavemente, como si sintiera cierta compasión por mi.. aunque realmente era para sentirla.

-Siento que Koyama os haya hecho venir.- por supuesto, él como siempre, había abierto la boca antes de tiempo.

Acabamos despidiéndonos de los chicos, ellos se habían dado mucha prisa en llegar después de todo... lo cierto es que estaban muy pendientes de mi. Al momento nos llamaron y nos hicieron pasar...ya me conocía como iba aquello.. incluso había conseguido acostumbrarme un poco al gel frío que el medico ponía en mi barriga para hacer la ecografía. Koyama tomó mi mano como siempre hacia, y esta vez, ambos esperamos ansiosos para ver a los bebes en el monitor.

-Bien veamos.. aquí esta ella.. y este es el chico.. no hay duda alguna.- ambos atendíamos a lo que el medico nos explicaba, pero al ver aquella imagen tan clara de los bebes, no pude evitar emocionarme.

-Creo que ella se parece a ti Keii.- le dije emocionado mientras el medico intentaba enfocar las caras de los bebes lo más posible.

-¿En serio? Están arrugados, ¿como puedes decir que se parece a mi?- tuve que reírme cuando le oí decir eso. –aun así, son preciosos, ¿ne?- asentí.. realmente era lo más espectacular que había visto en mi vida.

-Cada vez se moverán menos,  además, ya están prácticamente colocados, por eso las contracciones de hace un momento.- cuando dijo aquello me puse nervioso; ¿eso quería decir que podrían nacer en cualquier momento?

-Entonces.. ¿puede ser en cualquier momento?- le pregunté aquello al medico, y sentí como Koyama apretaba mi mano más fuerte.

-Pero aun falta un mes ¿no?- miré a Koyama, él si parecía asustado de verdad.

-El que estén casi colocados no quiere decir que vaya a adelantarse el parto.. lo normal es que el bebé empiece a colocarse antes de cumplir las 40 semanas de gestación, aunque el que se adelante, es una posibilidad.- nos explicó aquello, pero no me sentí para nada tranquilo.. realmente tenia miedo de que me pillase solo y le ocurriera algo a los bebés.

-¿No hay alguna forma de saber exactamente que día nacerán?- preguntó Koyama algo nervioso, pero yo también quería saber si existía esa posibilidad.

-¿Y el parto programado del que me habló al principio?- recordé como el medico había dicho que al ser embarazo de gemelos, solían programarse bajo cesárea.

-La naturaleza es sabia y hace bien su trabajo...- quise reírme en su cara cuando dijo eso.. si fuera sabia, ¡los hombres no se quedarían embarazados! –habrá que esperar un poco, y entonces ver si es necesario programar el parto.- eso fue todo... aun tendría la incertidumbre de en que momento a los bebes se les antojaría salir.

Salimos de la consulta poco después.. Koyama no dejaba de mirar la foto de la ecografía, y yo no podía evitar sonreír al verle.

-Aun no lo hemos decidido.. tendrás que tener un nombre ¿no?- Koyama alzó la vista y le sonreí. –te gustaba Saori para ella ¿verdad? está bien, me gusta ese nombre..- acaricié mi barriga anda subir al coche, ya incluso el cinturón de seguridad era incomodo.

Recordaba que en los primeros meses habíamos tenido una discusión horrible por los nombres.. y hasta entonces, no habíamos vuelto a sacar el tema.

-¿En serio? ¿De verdad te gusta? Si no, podemos ponerle el que más te guste a ti.- ahí estaba.. siempre preocupándose por mi..

-Está bien, te he dicho que me gusta, Saori es un buen nombre para una niña... en cambio él, me gustaría que se llamara Souta- lo había estado pensando, era un buen nombre para un chico.

-Entonces perfecto, serán Saori y Souta, suenan bien, ¿no crees?-

-Suenan genial..- sonreí feliz por aquello... definitivamente, no podía estar soñando.

Noveno mes de embarazo... 

Estaba siendo un día realmente horrible para mi... a pesar de que Koyama había llegado demasiado temprano del trabajo para salir a caminar un poco, yo solo había insistido en tumbarme y no disfrutar de aquella bonita tarde de primavera.

Había dormido casi toda la tarde, me sentía tan pesado como un elefante, y aquella angustia que sentía en el pecho no se pasaba por mucho que suspirase... en definitiva; tenia unas ganas horribles de llorar.

Me levanté de la cama con trabajo sintiéndome totalmente limitado ¡aquella barriga me estaba matando! y solo rezaba porque esos dos bebes que me estaban absorbiendo la vida, salieran ya.

Suspiré cuando conseguí ponerme en pie después de un rato viendo la forma para poder hacerlo, pero cuando miré hacia el suelo y todo lo que vi fue mi enorme barriga, comencé a llorar.

-Shige-chan, voy a preparar la cena, ¿qué te apetece?- Koyama se asomó a la habitación, pero solo pude mirarle con un enorme puchero en los labios y lagrimas en los ojos. -¿qué pasa?- se acercó a mi preocupado,  aquel nudo en mi garganta se acabó de desatar.

-Que estoy gordo y feo.. y no me veo los pies~~~-  no podía evitarlo ¡me sentía horrible! y ya no sabia ni lo que había más abajo de mi barriga..

Le escuché soltar una leve risita y se acercó a abrazarme acariciándome la espalda. Pero esta vez sus palabras y sus mimos no me consolarían.

-Pronto te los veras de nuevo, ¡tus pies siguen ahí!  Y todo lo demás también.-

-¡No es cierto!- refunfuñé con la voz entrecortada. -tu no lo entiendes porque no tienes esta cosa colgando de ti~~- ni siquiera yo me entendía lo que hablaba, pero él me abrazó un poquito más.

-Es cierto.. no puedo entenderlo del todo, pero estoy contigo ¿ne?- acarició mi cabello suavemente y eso pareció relajarme al menos un poco.

-¿De verdad que mis pies siguen ahí?- ¿¿qué pregunta más estupida era esa?? alguna hormona me la andaba jugando ese día.

-De verdad... ahora sécate esas lagrimas y ven conmigo para preparar la cena.- asentí, y entonces Koyama limpió mis mejillas y tiró de mi mano haciéndome caminar.

Cuando llegué a la cocina pareció como si hubiera recorrido toda la ciudad. ¿Por qué algo tan simple como caminar y estar en pie se había vuelto tan complicado? no es que no pudiera hacerlo... pero me sentía más pesado que nunca.

Koyama comenzó a preparar la cena y yo intenté ayudarle cortando las verduras. Al menos eso si podía hacerlo.. y realmente era mejor estar distraído haciendo algo.

-Antes era yo quien más veces cocinaba...-

-Lo se, pero ahora necesitas descansar un poco, así que déjame a mi.. además, no cocino tan mal ¿no?- rió al decir aquello, pero de nuevo me dieron esas ganas tan horribles de llorar.. -¿qué pasa? ¿en realidad cocino tan mal?- me preguntó preocupado, pero solo negué con la cabeza.

-Es que.. se me ha caído la zanahoria al suelo y ahora no voy a poder agacharme a recogerla~~- de nuevo empecé a llorar.. sentía que era incapaz de hacer lo más mínimo.

-¿Eh? está bien, no tienes que llorar por eso Shige.- él mismo se agachó a cogerla y luego besó mi mejilla.

-Lo se pero.. no lo puedo evitar...  son las malditas hormonas.- quise hacerme el fuerte y dejar de llorar, pero solo pude acercarme y abrazarme a él.

Me sentí un poco mas tranquilo entre sus brazos, y después de un momento, nos separamos para seguir con la cena.

*******************

Aquella noche nos fuimos temprano a la cama; la idea era ver una película allí.. pero Koyama se había quedado dormido al momento, y yo ya no sabia como ponerme para que la barriga me dejase dormir.

Me quejé al sentir una contracción; ese día ya había sentido varias, aunque sabia que seria así hasta el momento del parto.

Solo traté de relajarme, de intentar dormir... pero cuando comencé a coger el sueño, abrí los ojos de par en par al oír los ronquidos de Koyama.

Refunfuñé dándole un suave codazo, pero no hizo ningún efecto. Intenté relajarme y cerré los ojos de nuevo, pero esta vez no fueron solo sus ronquidos, si no una nueva contracción.

Comenzaba a ponerme nervioso; ¡quería dormir! hacerlo como antes de quedarme embarazado.. pero el sueño había cambiado por completo en los últimos meses.

Acabé por decidir levantarme; mejor tomaría un té, leería un poco, y cuando tuviera sueño, entonces volvería a la cama. Eso hice; después de un rato, conseguí levantarme, fui despacito a la cocina y preparé el te. Fui a sentarme en el sofá tras alcanzar el libro que estaba leyendo, pero al intentar hacerlo, sentí como algo liquido corría por mis piernas..

Miré al suelo; estaba mojado, y podía jurar que el té no se había derramado... entonces, al sentir una fuerte contracción que me obligó a encogerme llevándome la mano a la parte baja de mi barriga, supe de que se trataba.

¡No podía ser! ¡aun faltaban un par de semanas para salir de cuentas! ¡no se podían estar adelantando! por un momento entré en pánico, pero respiré hondo cuando el dolor se atenuó, tenia que avisar a Koyama, y de paso al medico, esta vez no era una falsa alarma.

-Keii...- le llamé cuando conseguí llegar a la habitación, pero él seguía dormido. -Keii....-  le moví un poquito hasta que abrió los ojos. -no es por asustarte, pero.. estoy de parto.- nada más decirle eso, abrió los ojos de par en par levantándose de la cama.

-¿Eh? ¿estas de parto?- me preguntó yendo a buscar su ropa a toda prisa. –¿de verdad? ¿no es una falsa alarma?- le negué con la cabeza cuando me miró, y al sentir de nuevo ese horrible dolor, tuve que sentarme en la cama.

-No es una falsa alarma.. estoy de parto de verdad.- apreté los dientes aguantando aquel dolor, solo quería llegar al hospital cuanto antes.

Le miré cuando el dolor se calmó un poco.. por su cara, supe que Koyama estaba completamente en Shock sin saber como reaccionar, hasta que por fin pareció salir de aquel estado.

-Vamos, tienes que vestirte, tenemos tiempo ¿no? Las contracciones aun no son muy seguidas ¿verdad?-  se acercó a mi tomándome de los hombros, podía sentir sus manos temblar.

-No, pero he roto aguas...- ¡no podía creer que eso me estuviera ocurriendo a mi! Además, ¡aquello sonaba asqueroso! Pero en ese momento era lo que menos me importaba. –Oyeme Keii... esto no es un sueño, así que ayúdame a vestirme y vamos al hospital, creo que no quieren esperar mucho más.-

-¿Qué sueño?- me miró confundido, pero no era momento de explicarle que desde que supe la noticia, pensaba que estaba dentro de un sueño del que no podía despertar.

-Da igual, vamos.- acabé vistiéndome y él hizo lo mismo.. las contracciones comenzaban a ser algo más seguidas y dolorosas, pero aun podía caminar.

Intenté respirar de la forma más relajada posible, pero el dolor volvía por momentos. Koyama había pedido un taxi y llamado al medico; él nos estaría esperando en el hospital.. por suerte, esa noche le había tocado guardia como la vez anterior.

-Shige ¿te duele?- me preguntó cuando me detuve encogiéndome de dolor..

-¿A ti que te parece?- quería llorar, chillar incluso como tantas veces había visto a las mujeres hacerlo en películas y series de TV... pero solo respiré profundamente. -duele mucho Keii...-

-Vamos a tener unos bebes preciosos, así que intenta aguantar un poco.- asentí y enseguida llegamos abajo donde el taxi nos esperaba.

Me relajé un poco durante el camino; las contracciones no eran tan fuertes en ese momento, y Koyama no dejaba de apretar mi mano completamente nervioso.

-¿Has cogido todo lo necesario para los bebes?-

-Si, está todo en el bolso, también tu ropa.- me sonrió, y aunque era una sonrisa nerviosa de alguien muerto de miedo, le devolví el mismo gesto así como el apretón de mano.

-No estés nervioso, estoy bien, supongo que no seré el primer hombre en el mundo en dar a luz, ¿ne?- reí irónicamente.. y ya no me importaba si era un sueño o no.

Por fin llegamos al hospital, el medico nos estaba esperando, así que rápidamente me llevaron a una de las salas de parto. Solo quería que ese dolor pasara.. estaba nervioso, asustado, pero deseando ver a los bebes, y sobre todo, que saliera bien.

Koyama apretó mi mano de nuevo; no me había soltado en ningún momento. Cada vez las contracciones eran más fuertes; una maquina conectada a mi las recogía trasmitiéndolas en forma de grafico a un monitor, comenzaba a sentir que no podría aguantar aquello.
-Shige respira profundamente, vas a hacerlo muy bien.- quise asentir, pero solo pude gritar apretando fuerte su mano.

-¡No puedo! ¡duele mucho, no puedo!- secó el sudor de mi frente dándome esas palabras de aliento, pero él mismo lo estaba pasando mal viéndome de ese modo...

Abrí los ojos cuando oí al medico decir que estaba todo listo, como le pedía a Koyama que saliera para realizar aquella cesárea.. él soltó mi mano sin dudarlo a pesar de que yo intentaba sostenerla fuertemente...

-Tranquilo, saldrá bien.- me sonrió, pero le vi alejarse de mi.

-¡No! ¡Keii no te vayas! ¡¡¡Keii!!! Por favor...- susurré rompiendo a llorar, pero él se alejaba más y más.... -quiero despertarme... ¡¡¡¡¡quiero despertarme!!!!!- grité con todas mis fuerzas, y cuando me di cuenta, abrí los ojos sobresaltado...

-Shige... ¿estas bien? ¿Shige?- Koyama estaba a mi lado, me miraba preocupado...

Mi corazón estaba completamente acelerado, así como mi respiración era agitada, jadeante incluso.. todo mi cuerpo temblaba, y un sudor frío recorría mi espalda.

Miré a mi alrededor.. estaba en casa, en nuestra cama.. con él a mi lado. Rápidamente me llevé las manos a la barriga, pero no había nada.. mi vientre estaba totalmente plano.

-¿Y los bebes?- le pregunté temiendo que les hubiera pasado algo.

-¿Eh? ¿Qué bebes? Shige, has tenido una pesadilla ¿no?- por fin reaccioné ante aquellas palabras; una pesadilla.. entonces, ¿ya había despertado?

Si, no había duda de que había despertado de aquel sueño.. pero todo había sido tan real, que realmente creía haberlo vivido.

-Si.. una pesadilla...- sonreí forzadamente intentando despertarme del todo.

-¿Estas bien? Estas temblando.- asentí, y solo me acurruqué contra su pecho. -vamos, te prepararé un vaso de leche para que se te pase el susto y vuelvas a dormirte.-

-¡No! No te vayas... mejor abrázame un poco más.- no me dijo nada más, tan solo lo hizo..

Por algún motivo sentí ganas de llorar.. ese sueño había sido demasiado real, tanto, que había podido sentir a esos bebes dentro de mi... me había sentido feliz incluso. Acabé durmiéndome de nuevo, y cuando desperté a la mañana siguiente, todo parecía ser normal.

Koyama ya se había levantado; se oía ruido en la cocina y olía a café.. así que debía estar preparando el desayuno. Toqué el suelo con mis pies descalzos, me revolví el pelo.. y lo primero que hice fue mirar el día que era en el calendario..

Sonreí aliviado al ver que era justo el día siguiente al que me había acostado la noche anterior, que no habían pasado 9 meses, ¡y mucho menos, había estado embarazado de gemelos!

-¿Como he podido soñar algo así?- claro, todo culpa del bendito manga..

Caminé hacia la cocina; como imaginaba, Koyama ya lo tenia todo listo.. olía a café recién preparado.

-Buenos días Shige, iba a llamarte ahora mismo.- me sonrió.. esa preciosa sonrisa que me gustaba ver cada mañana.

-Gracias, tiene buena pinta.- me senté a la mesa, pero él llegó a mi lado robándome un beso y quejándose por no darle los buenos días de ese modo. –lo siento.. no he dormido demasiado bien.-¡ más bien había vivido casi 9 meses de mi vida con un embarazo de gemelos! Eso agotaba a cualquiera.

-Está bien, te perdono por esta vez, pero tendremos que ducharnos juntos.- le miré antes de tomar un sorbo de mi café; ya sabia lo que él andaba buscando cuando ponía esa mirada tan sexy. -por cierto Shige-chan.. ¿qué te pasó de madrugada? ¿Qué soñaste para despertar así? Me diste un buen susto.-  me atraganté cuando me hizo esa pregunta, sabia que el muy curioso acabaría queriendo saber.

-Nada.. solo fue una tontería..- desvié la mirada sonrojado; si le contaba eso, se reiría de mi.

-No despiertas así por una tontería... quizás te sientas mejor si me lo cuentas.- se acercó a mi lado arrastrando la silla, entonces pasó un brazo sobre mis hombros. –¿no confías en mi?- suspiré, sabia que acabaría contándoselo tarde o temprano, así que mejor seria hacerlo y olvidarme.

-Bueno.. en realidad soñé que.. me quedaba embarazado de gemelos..- murmuré muy, muy bajito para que no me oyera.

-¿¿Qué??-

-¡Qué me quedaba embarazado de gemelos!- le miré a la cara muerto de vergüenza.. en ese momento, Koyama me miró completamente perplejo.

-¿En serio?-

-Si.. y todo por tu culpa y la estúpida idea de la larva.- me revolví el pelo nervioso, hasta que le oí reír a pesar de que intentaba aguantarse.  –no es gracioso.. te aseguro que he vivido casi 9 meses de mi vida en unas pocas de horas, y embarazado de gemelos.- no tenia gracia, al menos a mi no me la hacia, pero él ya se reía a carcajadas.

-Lo siento Shige.. es que.. no me esperaba que esa conversación pudiera afectarte tanto.- bajé la mirada sintiendo mis mejillas arder, pero Koyama me besó en una de ellas. –¿y como era la sensación?-

-Extraña.. les sentía moverse dentro de mi..- cuando me di cuenta, había comenzado a contarle prácticamente el sueño entero.

-Si que fue real... lo siento, no debí insistir con ese tema.- me sonrió dulcemente y solo pude suspirar resignado.

Me alegraba de que hubiera sido un sueño, pero en el fondo, quizás no hubiera sido tan malo como realidad.

-Mejor desayunemos y vamos a la ducha, hay que ir a trabajar.- sonreí intentando no darle más vueltas al tema, pero de vez en cuando sentía la necesidad de tocar mi barriga para asegurarme de que todo estaba en perfecto orden.

Al momento nos preparamos para ir al trabajo, pero antes de salir de casa, detuve a Koyama tomándole de la mano... tenia que preguntarle algo en ese momento.

-¿Pasa algo Shige?-

-Es solo que.. no podremos tener hijos..-

-¿A qué viene eso ahora?  Estamos bien así ¿no?  Quiero estar contigo, y no quiero que te quedes embarazado.- me abrazó apoyando su frente sobre la mía, tomando aquello un poco a broma.. al menos me hizo sentir más relajado.

-Yo tampoco quiero...- ambos reímos y él me abrazó un poquito más fuerte. –nee.. te quiero Keii...- susurré algo avergonzado; debía empezar a decírselo más a menudo, así como él hacia cada día.

-Me encanta que me lo digas...-  sonreí tímidamente ante esa respuesta, tomé aire, y nos separamos para ir a trabajar.

Koyama se adelantó, y yo me quedé allí un momento.. pensando, alegrándome de que todo hubiera sido un sueño... aunque podía decirse que había vivido perfectamente la experiencia de estar embarazado. Miré hacia abajo y acaricié mi barriga...  no hubiera estado tan mal después de todo, pero prefería la realidad.

-Shige-chan~ te estoy viendo acariciarte la barriga~- me giré avergonzado a mirar a Koyama cuando me dijo eso, ahí estaba, esperándome recargado contra el marco de la puerta.

-¡No lo hago! ¡Además, es culpa tuya! Y de ese maldito manga.- empezó a reír, y yo salí de allí tras él.. –lo quemaré.. te seguro que nada más volver a casa.. ¡¡¡¡lo quemaré!!!!-



Fin.


 Si!!!!  era un sueño! por supuesto que lo era! no estoy tan loca como para hacer de esto una realidad ^^u  escribí este fic bajo la condicion de que fuera un sueño, de hacerlo algo loco y divertido... un poquito tierno, y nada empalagoso ^^u  pero tengo que confesar que cuando desperté a Shige, me dio lastima de que no fuera real... él ya se habia hecho a la idea de los bebes, y Keii andaba encantado... pero bueno, los hombres no se quedan embarazados, asi que esa fue la idea XD  

Me he divertido mucho escribiendo este fic, me he reido yo sola con las escenas, y he disfrutado de vuestros comentarios ^^  supongo que todas os habreis dado cuenta desde un principio que pintaba a ser un sueño.. y realmente era mi intención XD no lo queria decir claramente, pero si dejar ver que Shige estaba soñando.. que el mundo se vuelva asi de loco en una sola noche, no podia ser real ^^u 

Sea como sea, espero que os haya gustado, ya iré pensando en mi proximo fic! y esta vez si espero escribir algo de otra pareja.. intentaré que no se me cuele entre medias otro Koyashige ^^u por cierto! se aceptan ideas y sugerencias para escribir fics ^^

Y creo que no me dejo nada más que decir.. solo que espero vuestros comentarios, gracias por leer este fi y por comentear a las que lo haceis, es una buena ayuda para seguir con este blog ^^



miércoles, 17 de abril de 2013

9 meses; diario de un embarazado (parte 1)

Hola! Aqui estoy de nuevo! mucho más pronto de lo que pensaba ^^u  y es que esta vez traigo un fic que subiré en dos partes porque a pesar de que traté que fuera oneshot, ha salido bastante largo ^^u

Tengo que advertir que es un fic divertido y algo loco; algo totalmente irreal y que me juré no escribir nunca algo como esto.. pero las cosas cambian, y tras unas cuantas bromas con Nagii y la influencia de haber visto un par de ovas yaoi ("Sex pistols" para ser esacta) surgió esta idea ^^u

Solo pido que no me mateis ^^u  este fic es para pasar un buen rato, solo una idea loca y divertida, de las que me gustan a mi ^^  espero que lo disfruteis ^^  asi que aqui dejo la primera parte de este fic...  douzo!!!


Autor: Saiikeiilove
Resumen: Mejor lee, y preferiblemente, llega hasta el final del fic  ^^u
Pareja: Koyashige
Genero: comedia, ficción
Advertencia: embarazo masculino, un poco de lemon


PARTE 1


 -Te lo vuelvo a decir Koyama, ¡los hombres nunca podrán quedarse embarazados!- se lo repetí por enésima vez, ya estaba comenzando a molestarme ese tema.

-Pero... solo en el caso hipotético de que se pudiera ¿no crees que seria algo parecido a lo de este manga?-  me lo mostró de nuevo, ¡pero no tenia ningún sentido! ¿Qué clase de persona creaba una historia así?

-No, definitivamente seria imposible.- era incapaz de enfadarme con Koyama por muy tonto que fuera a veces, pero esa vez, estaba probando mi limite.

-Pero ven a ver esto.- huí de él cuando se acercó a mi con el manga en las manos, no iba a ver más escenas de esa historia.

Acabé de recoger los platos para irnos a dormir; quizás podríamos ver una película en la cama o hacer algo más incluso. Si, eso era una buena idea... al menos de ese modo Koyama se olvidaría de la estúpida idea de que un hombre pudiera quedarse embarazado mediante una “larva” implantada en su trasero y fecundada seguidamente.

-¿Pero qué demonios piensa?- sacudí la cabeza intentando quitarme esa estúpida idea. –mejor le prohibiré que lea ese tipo de mangas..- suspiré pesadamente, y cuando acabé de fregar, me sequé las manos para ir a buscarle.

Allí estaba.. bien metido en la lectura, con cara de tonto mirando esas escenas mientras sus mejillas se teñían de un tono rojizo. Lo bueno de que a Koyama le hubiera dado por leer manga yaoi, es que luego se ponía demasiado “mimoso” en la cama.

-Woooo... así que es así como la larva se incuba...- le oí decir aquello y me quedé paralizado ¿en serio? ¿tan interesado estaba en eso?

-Keii.. me voy a dormir, apaga las luces cuando vayas a la cama.- ni siquiera me hizo caso.. solo asintió y siguió con su manga. –mañana quemaré ese libro...- me acurruqué entre las sabanas y apagué la luz; mi idea de ver la tele en la cama y hacer algo más ,había quedado en eso, una idea.

Cerré los ojos dispuesto a dormir, de ese modo dormiría y descansaría más. Pero cuando estaba cogiendo el sueño, para lo cual no me hizo falta esperar mucho, sentí como él se sentaba en la cama, a mi lado.. eso me hizo sonreír, ya podía imaginar lo que él iba buscando.. pero entonces...

-Sigo pensando que si en el caso de que algún día la ciencia avanzara tanto como para que un hombre pueda tener un bebé, seria algo como esto.- ahí estaba de nuevo.. con esa tonta sonrisa que le hacia verse tan adorable...

-Déjame ese manga...- iba a acabar con eso de una vez por todas,

-¿Vas a leerlo?- me preguntó completamente emocionado.

-No, ¡voy a quemarlo! Y mandaré quemar todas las ediciones.- refunfuñé sintiéndome ya agotado con ese estupido tema.. ¿tan tonto podía llegar a ser?

Me di la vuelta quedando de espaldas a él, hecho una bolita.. dormiría directamente y así no tendría que oír más sobre embarazos masculinos. Ni ciencia, ni casos hipotéticos, ni nada; ¡simplemente era imposible!

-Voy a tomar una ducha rápida, así que espérame despierto.- su voz, en ese momento sonó endemoniadamente sensual contra mi oído.. me besó en la mejilla y se levantó de la cama.

Me giré un poquito para mirarle...  definitivamente acabaríamos haciendo el amor esa noche, eso ya me ponía de mejor humor.

*************************

-Aaaaa~ Keii ya no aguanto más.. ¡aaah!- apreté su  mano entre mis dedos, y en ese momento sentí como su interior se estrechaba sobre mi miembro haciéndome enloquecer..

Aumenté el ritmo; mis dedos se llenaron con su orgasmo, y el mío explotó en su interior sin que ninguno de los dos dejara de gemir.

-Shige~ eso ha sido.. ¡genial!- sonreí al ver como él reía tontamente; siempre hacia eso, y realmente me encantaba.

Me acomodé a su lado y Koyama enseguida se acurrucó entre mis brazos, apoyando su cabeza sobre mi pecho y dejándome sentir como sus dedos acariciaban mi abdomen.

-Si que lo ha sido... contigo siempre es...-

-Seria yo ¿ne?-

-¿Eh?- le miré sin saber a que se refería con eso. -¿serias tu, qué?-

-En el caso de implantar una larva.. seria a mi, ¿no crees?- en ese momento, creí sentir como todo el amor que le tenia se transformaba en unas ganas locas por querer pegarle.

-Suficiente.- me deshice de ese abrazo, me giré quedando de espaldas a él, y tiré de las sabanas para taparme.

-¿Shige-chan? ¿¿eh?? ¿Te has enfadado?- comenzó a darme golpecitos con su dedo justo en la nuca, a soplar sobre mi piel.. pero había acabado con mi paciencia. –en serio ¿te has enfadado por eso?-

-¿Tu que crees? Duérmete ¿quieres? O mejor.. sigue averiguando la forma de cómo quedarte embarazado.- me cubrí hasta la cabeza y cerré los ojos.

¡Jamás me enfadaba con él! Simplemente no podía hacerlo... pero por algún motivo, ese tema en especial me había hartado. Cerré los ojos, comenzaba a quedarme dormido... aunque quizás seria mejor disculparme a la mañana siguiente.

 *********************

No me sentía nada bien, en realidad había despertado al sentir nauseas.. así que solo pude correr al baño.

Dejé correr el agua y me lavé la cara. Sentía mi estomago revuelto; sensación de cansancio.. aunque las ganas de vomitar parecían haber pasado. Salí del baño casi arrastrando los pies por el suelo.. no podía ser que me sintiera tan cansado, incluso podía jurar que tenia algo de fiebre. Suspiré pesadamente; estaba claro que había comido algo en mal estado.

-Shige... ¿estas bien?- me sobresalté al oír a Koyama ¿qué hacia de pie frente al baño?

-¿Eh? Si.. solo que.. algo me ha sentado mal..- claro, no había sido capaz de digerir la charla de Koyama sobre las larvas y los embarazos masculinos.

-¿Estas seguro?- me miró atentamente, pero cuando fui a responderle, de nuevo sentí nauseas.

-Un segundo..- corrí al baño de nuevo, realmente me había sentado mal la cena..

************

Aquel día estaba resultando pesado.. las nauseas se habían pasado, pero no me sentía bien, mi cuerpo estaba extraño. ¿Un resfriado quizás? Si, por eso esas décimas de fiebre que llegaban a ser molestas.

Acabamos con los ensayos y nos despedimos de Massu y Tegoshi. Koyama había estado demasiado pendiente de mi, pero igualmente se veía algo extraño.. quizás él estaba enfadado por como había reaccionado la noche anterior por el tema de ese manga. Simplemente era una idea absurda que le había llamado la atención.. sabia que no hablaba en serio, y aun así, yo había acabado cabreandome sin sentido alguno cuando lo que debía haber hecho era simplemente seguirle la broma. ¿Pero es que él aun seguía pensando en tener hijos? No.. conmigo eso era imposible.

-Oye Keii.. lo siento.- finalmente había esperado hasta entrada la noche para disculparme con él.

-¿Eh? ¿Por qué? No tienes la culpa de estar enfermo ¿no?- me sonrió, seguramente esa noche él me cuidaría.

-No es por eso.. solo que anoche, no debí enfadarme por esa “conversación” sobre larvas y cosas sin sentido..- me revolví el pelo algo inquieto ¡no podía creer que aun continuase el tema!

-Ah, por eso.. no te preocupes, supongo que es normal que estés algo más sensible, ¿no?-

-¿Eh? ¿Sensible?- un momento.. eso no lo había entendido.. ¿por qué sensible?

-Nada.. volvamos a casa, te cuidaré esta noche.- de nuevo esa sonrisa que me derretía y ante la que no podía negarle nada..

Llegamos a casa, y como ya imaginaba, Koyama se hizo cargo de todo. Una buena sopa y su mano controlando la temperatura de mi frente.. ya comenzaba a sentirme mejor.

**************

Había dormido toda la noche como los mismos ángeles; me sentía completamente nuevo, estaba claro que aquello solo había sido alguna especie de virus. Me levanté de la cama; Koyama se había despertado ya.. seguramente estaba preparando el desayuno ya que olía a café.

Aquello me hizo sonreír; en realidad la vida en pareja con él era perfecta, sentía que estábamos en el mejor momento de nuestra relación, que no necesitábamos nada más.

Tan solo bajé los pies de la cama, y sentí como mi estomago volvía a revolverse justo como la mañana anterior. De nuevo esas nauseas.. así que llevándome la mano a la boca, no tuve más remedio que correr al baño.

-¿Otra vez? Él virus no se va~- lloriqueé prácticamente abrazado al lavabo.

Alcé la mirada, y al hacerlo, vi a Koyama en la puerta a través del espejo... le puse un puchero ¡era horrible estar así! No me sentía del todo mal como para estar en la cama, pero tampoco me sentía bien.

-Shige... ¿harías.. algo por mi?- me preguntó mirándome de reojo, con sus manos escondidas tras su espalda.. ¿qué tramaba?

-¿Hacer algo por ti? No me siento bien Keii, ¿no podemos dejarlo para la noche?- ¿quizás se trataba de sexo? Pero él me negó enseguida.

-Quiero que..  uses.. esto..- sacó algo de detrás suya y me lo extendió.

Cogí aquella cajita entre mis manos, pero cuando leí escrito en ella “test de embarazo”, lo primero que se me ocurrió fue meterselo por un lugar innombrable.

-¿Qué demonios es esto?-

-Un test de embarazo.-

-¡Eso ya lo veo! ¿Pero para qué me das esta cosa?- lo cogí con las puntas de mis dedos, comenzaba a sentir que las nauseas aumentaban; aquello era surrealista.

-Es que.. podría ser que tu...-

-¿Qué yo.. que?- no.. no quería que lo dijera, ¡no podía ser tan estúpido!

-Que.. estuvieras embarazado...- ¡ahí estaba! ¿¿¿Por qué me había enamorado de alguien con un coeficiente intelectual de menos de 0???

Sonreí forzadamente; era eso, o matarlo allí mismo y lo dicho, hacerle tragar esa estúpida prueba de embarazo por cierto lugar.

-Keii.. cariño.. ¿te has dado un golpe en la cabeza o algo parecido?- intentaba mantener mi sonrisa, pero comenzaba a sentir como la vena de mi frente se hinchaba más y más.

-Shige.. es en serio, ¡por favor hazlo!- no le dije nada.. solo le empujé sacándole fuera del baño y me encerré allí.  -¿vas a hacerlo?-

-¡Déjame pensar!- me revolví el pelo completamente nervioso, ¡aquello era imposible! ¡Solo me había sentado algo mal! ¿En qué andaba pensando Koyama?

Se quedó en silencio... no le oía tras la puerta, pero bien podía adivinar que él seguía ahí, al pendiente de que me hiciera esa prueba. La miré sacándola de la caja; repitiéndome una y otra vez que aquella era la estupidez más grande que haría en toda mi vida, pero ahí estaba, pensándomelo.

-Por amor se hacen cosas estúpidas ¿ne?- me dije a mi mismo, suspirando pesadamente. –aunque.. más bien es por Koyama por quien hago cosas sin sentido.- suspiré una vez más, y en un intento por acabar con aquella locura, me bajé el pantalón...

15 minutos más tarde...

Sentía aquel sudor frío recorrer mi espalda, seguía paralizado, las manos me temblaban.. y mis ojos bien clavados en aquel test de embarazo que claramente decía “positivo, de 4 a 5 semanas de embarazo”.

-¿Qué clase de broma es esta?- me pregunté sintiendo aquel tic nervioso en mi ceja izquierda.

¿Como había conseguido Koyama gastarme una broma así? ¡El test estaba envasado! ¡Yo mismo lo había abierto! Era.. imposible, ¿verdad?

-¡No, no, no! Además, es Koyama quien siempre esta “abajo”, en todo caso seria él quien...- abrí los ojos de par en par recordando una noche de borrachera..

Recordaba ese día, justo la noche de mi cumpleaños. Conté con mis dedos, 32 días; entre 4 y 5 semanas, ¿¿¿entonces había sido esa noche??? Koyama se había aprovechado de la borrachera, y al parecer no solo eso; si no que también me había dejado ¡¡¡¡embarazado!!!!

-Shige-chan, ¿estas bien?- tocó a la puerta, por su voz se oía preocupado, pero le ignoré. –Shige-chan~- acabé por abrir la puerta del baño encontrándome con su mirada, y por primera vez desde que nos conocíamos, quise matarle de verdad.

-¡Mira lo que me has hecho!- estampé el test contra su pecho, y cuando él lo cogió, me alejé llevándome las manos a la cabeza.

-Shige.. estas...-

-¡No lo digas! ¡No se te ocurra decirlo!- de verdad iba a matarlo.. pero cuando vi aquellos ojos brillantes y esa dulce sonrisa en sus labios, creí venirme abajo.

Se acercó a mi, rodeó mi cintura con sus brazos, y susurrándome un suave “te quiero”, besó dulcemente mi frente; quizás el beso más dulce que me había dado nunca.

-Tendremos que ir a que te examinen.- aquellas palabras me hicieron volver a la realidad.

-¡No! ¡No iré a ningún sitio! ¡Esto es de locos! ¡Un hombre no puede quedarse embarazado! ¡Es imposible!- ¿por qué él estaba tan tranquilo? Como si lo viera lo más normal del mundo, ¿es que no le extrañaba ni siquiera un poco? –¡un sueño! Eso es, todo esto es un sueño ¿verdad? Acabaré despertándome.- reí nervioso, más que un sueño estaba siendo una pesadilla ¡quería despertarme!

-¿Eh? Vale.. pero mientras te despiertas, vamos al medico ¿ne? pero desayunemos antes.- me tomó de la mano llevándome con él a la cocina, y confiado en que solo era una pesadilla, le seguí sonriendo incluso.

*****************

Llegamos a la consulta del medico a mitad de la mañana, estaba convencido de que de un momento a otro despertaría, incluso andaba pellizcándome de vez en cuando, pero no pasaba nada.

Nos hicieron pasar a la sala de espera. De no ser porque ya sabia que aquello era un sueño, me hubiera negado a ir.. ¿qué clase de demente va al medico diciendo que esta embarazado? Imposible, no nos tomarían en serio, y con razón.

Suspiré pesadamente, pero cuando alcé la mirada, todo a mi alrededor pareció completamente irreal; un chico estaba sentado en uno de los sillones acariciando su barriga bien prominente, mientras otro salía acompañado de su pareja en un avanzado estado de gestación. Más “barrigas” esperando en la sala.. y todos ellos.. ¡¡¡HOMBRES!!!.

-Keii.. creo que estoy mareado...- me sujeté a él como pude, todo me daba vueltas realmente.

-Shige ¿estas bien?- me sentó en uno de los sillones y comenzó a abanicarme, enseguida una bonita chica me ofreció un vaso de agua.

¡Aquello estaba pasando de castaño a oscuro! Mi subconsciente me estaba jugando una mala pasada, y yo estaba entrando en el juego.

*******************

Estaba demasiado frío.. aquel gel que el medico extendía sobre mi barriga ¡estaba helado! Comenzó a mover un aparatito sobre la superficie ¿qué pensaba encontrar ahí dentro? Solo estaba mi estomago, ¡y tripas! el cuerpo masculino no estaba formado ni exterior, ni interiormente para albergar a un bebé, ¿por donde quería que diera a luz? Estaba tan cabreado en ese momento que solo tenia ganas de llorar.

-Se lo he dicho sensei, no hay nada, es imposible que...- abrí los ojos de par en par cuando en el monitor salió una pequeña manchita moviéndose levemente.

-Ahí está.- dijo él señalando en la pantalla esa cosita pequeña que yo había alcanzado a “distinguir”.

-¿El qué? ¿El bebé?- miré a Koyama cuando preguntó aquello... ¡claro que era el bebé! un momento.. ¿de verdad lo era?

El medico asintió; apenas se veía algo del tamaño de una habichuela, ¡eso podía ser cualquier cosa! Pero aun así, en ese momento comencé a sentirme extraño.

-Es.. imposible...- me dije a mi mismo insistiendo en eso, tratando de estar tranquilo y despertar de una vez.

-¡Waaa! Shige ¿lo has visto?-

-Lo he visto...- ¿por qué estaba tan emocionado? Realmente él quería tener un hijo, ¿verdad?

-¿Aun no se puede saber el sexo sensei?- el medico se rió de él; obvio.. ¡y eso que Koyama tenia 2 sobrinos! ¿No sabia algo tan simple como que aun era pronto para saber que seria?

-En unos meses más lo sabremos, aun ni siquiera puede oírse el corazón.- le explicó mientras seguía moviendo el ecógrafo sobre mi barriga.. ¡eso dolía! –puedes limpiarte.- me pasó papel para que me limpiara aquel gel, pero al hacerlo, no pude evitar mirar fijamente mi barriga..

Salimos de la consulta, tendríamos que volver en 3 meses, entonces podríamos saber el sexo del bebé. Koyama no dejaba de hablar emocionado, yo tan solo le seguía caminando por la calle.. pensando, distraído mientras recordaba aquella imagen que incluso nos habían dado en DVD. ¡Ni siquiera le había preguntado al medico como era posible!

-Este sueño está llegando demasiado lejos.. me siento tan agotado..- suspiré, pero Koyama se detuvo a mirarme.

-Shige, ¿te sientes bien? Ahora tienes que cuidarte más que nunca, vamos a tener un hijo.- me quedé embobado al ver sus mejillas sonrojadas, fijándome en como su expresión se volvía tierna y completamente idiota.

-¿Tanta.. ilusión te hace?- desvié la mirada mordiéndome los labios, era lo que él quería realmente ¿no?.

-¿Bromeas? Es contigo Shige-chan, claro que me hace ilusión.- le miré de reojo, y en ese momento le sonreí suavemente aunque algo abatido. –dime.. ¿te gustaría un niño, o una niña?- me preguntó mientras volvíamos a caminar.

-En realidad me da igual.- si, lo mejor era seguirle la corriente, quizás de ese modo despertase.

-¡Yo quiero una niña! Son realmente lindas, ¿no te parece?-

-Uhm~- me detuve al pasar junto a una pastelería, en ese momento se me hizo la boca agua.

-¡Ah! Entremos, quiero comprar algunos.- ahí iba, el adicto a los dulces que nunca engordaba.. en cambio ¡yo me pondría gordo! un momento.. ¿por qué pensaba eso? –quiero uno de ese, y ese otro.. ¡ah! ¡Y este también!- la dependienta parecía encantada con él, sin duda Koyama era un buen cliente.

Suspiré, pero al desviar la mirada, mis ojos se clavaron en una de las vitrinas donde unos llamativos dulces de chocolate parecían estar gritando “cómeme Shigeaki”. No me gustaban los dulces.. pero en ese momento daba igual.

-Y un par de esos también..- murmuré avergonzado señalándole la vitrina ante la mirada sorprendida de Koyama.

Pagó y salimos de allí con nuestra cajita de dulces.. solo que no pude evitarlo y también salí de aquel lugar comiendo uno de ellos.

-¿Eso.. ha sido un antojo?-

-¿¿Eh?? ¿De qué hablas? No ha sido ningún antojo.- me avergoncé demasiado.. ¡había devorado ese dulce!

-¡Si lo ha sido! A ti no te gusta el dulce.- soltó una risita divertida, él tenia razón.. ¿así que había sido un antojo?

-¿Podemos volver ya a casa?- le pregunté llevándome la mano a la barriga, realmente se sentía extraño.

-Claro, volvamos a casa.- sonrió tontamente y me abrazó pegándome a él, pero cuando comenzaba a sentirme algo más tranquilo, se le ocurrió hacer aquella brillante pregunta... –Shige... fue.. aquella vez, ¿verdad? La noche de tu cumpleaños..-

-¿Eh? ¡Pues.. claro que fue esa noche! Ha sido.. la única vez ¿no?- desvié la mirada completamente avergonzado; ¡ni siquiera sabia como me había dejado hacer esa noche! aunque no me había desagradado.. pero ahora tenia un gran problema. –además, has sido el único, ya lo sabes...- murmuré algo molesto, pero de nuevo le oí reír y esta vez besó mi mejilla.

Suspiré pesadamente; me sentía agotado no solo físicamente; si no que todo aquello rondando mi cabeza me hacia sentir como si me arrastrara por el suelo. ¿En qué momento iba a despertar de ese maldito sueño? Por que lo era ¿verdad?


Tercer mes de embarazo…




Esa mañana había vuelto a levantarme con esas terribles nauseas. Cada vez eran más frecuentes, justo al despertarme.. pero una vez que vomitaba y desayunaba, el malestar se pasaba hasta el día siguiente.

Aun así, había otros muchos síntomas.. como por ejemplo demasiado sueño y algo de fiebre. Habíamos tenido nuestra segunda visita con el medico.. Y cuando por fin le pregunté “¿Cómo me he podido quedar embarazado?” su única respuesta fue “porque eres fértil” ¡aun no lo podía creer! solo esperaba llegar a despertarme cuanto antes.

Llegué al trabajo junto a Koyama como cada mañana. News estaba preparando su nuevo single; el PV estaba a punto de grabarse, y realmente me preocupaba que mi barriga comenzara a notarse demasiado.

Era cierto que no había engordado demasiado aun; después de todo, solo era el tercer mes.. pero si me notaba terriblemente hinchado.

-Creo que esta mañana el desayuno no ha causado mucho efecto...- murmuré poniéndome la mano en la barriga mientras subíamos al ascensor.

-¿Te sientes mal aun?- asentí a su pregunta, volvía a sentir algo de nauseas. -quizás hubiera sido mejor que te quedases en casa.

-¿Eh? ¿por qué voy a quedarme en casa? estoy embarazado, no enfermo.- suspiré pesadamente; tan solo decir la palabra "embarazado" me hacia sentir escalofríos.

-Está bien, pero no te esfuerces demasiado.- Koyama me robó un beso en la mejilla consiguiendo que me sonrojase, y cuando reaccioné, él ya había salido del ascensor.

Llegamos a la sala donde Massu y Tegoshi nos estaban esperando; ellos aun no sabían nada, ¡y por supuesto no se iban a enterar! no quería tener que soportar las burlas y las bromas de los chicos así fuera en sueños.

-Buenos días.- saludé algo decaído, yendo directamente a tumbarme al sofá.

-Buenos días... tienes mala cara Shige, ¿estas enfermo?- me preguntó Massu nada más verme ¿tan mal se me veía?

-Solo he comido algo que me ha sentado mal.- no era cierto, ¿pero qué podía decirles? ¿que tenia nauseas porque estaba embarazado?

-Pues has debido darte un buen festín, tu barriga esta hinchada.- nada más oír a Tegoshi decir aquello, me incorporé rápidamente cubriéndome la barriga con un cojín.

-¡No digas tonterias! estoy igual que siempre.-  no, por supuesto que no lo estaba..

-Bueno, deberíamos comenzar a trabajar ya ¿no? no hay tiempo que perder, la próxima semana comenzamos a grabar el PV.- miré a Koyama dándole las gracias por cambiar el tema, así que fuimos a trabajar.

Ya estaba todo acordado para la grabación; la coreografía la teníamos, el vestuario.. pero tocaría una ultima prueba. Por un momento me eché a temblar.. ¿cuanto hacia que me habían probado esa ropa por primera vez? hacia justo un mes.. cuando mi barriga aun no estaba para nada hinchada.

Los chicos comenzaron a cambiarse, así que me giré de espaldas a ellos he hice lo mismo. ¡Quería evitar a toda costa que me vieran desnudo! si lo hacían, seguro que Tegoshi haría algún nuevo comentario sobre lo hinchada que estaba mi barriga. Me puse la camisa.. me estaba bien, no había ningún problema, pero cuando lo hice con el pantalón, no había forma de abotonarlo.

-Mierda...- protesté al ver que faltaban un par de dedos para poder cerrarlo.

-¿Ocurre algo Shige?- Koyama me miró, y yo le dediqué una mirada de pánico.. pero cuando me di cuenta, ya tenia a Tegoshi encima.

-¡Lo sabia! ¡has engordado! ¡no te cierra el pantalón!- genial.. ahora todo el equipo de vestuario me miraba..

-¿En serio? ¿no te entra Shige?- Massu se unió a la "conversación", y enseguida acudió una de las chicas de vestuario para comprobarlo.

-¡Si me entra! ¡no pasa nada!- ella se detuvo cuando yo intenté cerrarlo.. encogí la barriga, y por fin el botón encajó. -¿veis? no he engordado nada.- reí nervioso, pero sentía como si algo presionara muy fuerte mi barriga.

-Shige.. no deberías hacer eso, podrías lastimar al...-

-¡Estoy perfectamente!- le corté a Koyama antes de que soltara lo del bebé, pero entonces, el botón saltó haciendo que el pantalón de nuevo se abriera.

-Habrá que arreglar el pantalón...- suspiré pesadamente ante la deducción de Massu; tenia toda la razón.. habría que hacerme un arreglo.

******************

Decidí tomar un pequeño descanso.. había tenido que salir a vomitar un par de veces, me veía pálido, y mi frente estaba algo caliente.. seguramente estaba destemplado otra vez.

-¿Qué voy a hacer? quiero despertar de este sueño antes de que sea demasiado tarde...- suspiré mirando al techo, y seguidamente me cubrí los ojos con mi brazo.

-Shige.. ¿te sientes mejor?- me giré a mirar a Koyama, traía un te en las manos. -ten, te asentará un poco el estomago.-

-Gracias...- me incorporé y acepté ese te; él se sentó a mi lado.

-¿Sabes? creo que deberíamos contárselo a los chicos.. también a nuestro manager.- me atraganté cuando le oí decir aquello, y enseguida le miré asustado.

-No Keii.. ¡no podemos contárselo a nadie! ¿qué pasa si se enteran los de arriba? ¡nos echarán de la empresa!- comencé a ponerme nervioso, pero él acarició mi mejilla suavemente.

-Pero no deberías esforzarte tanto.. se que no estas enfermo, pero si embarazado, deberías cuidarte un poco más.. además, se enteraran tarde o temprano, y seria bueno que lo supieran desde un principio para acomodar las actividades de News.- me quedé callado cuando dijo todo eso, en parte tenia razón.. ¡pero no quería que lo supieran! sentía una vergüenza horrible.

-Es raro que un hombre se quede embarazado.. ¿qué van a decir si se enteran?- le miré preocupado, pero Koyama parecía no entender aquello.. o al menos tomárselo de una forma muy relajada.

-¿Entonces es eso?- ambos nos giramos a mirar hacia la puerta cuando oímos la voz de Tegoshi; y ahí estaba junto a Massu. -¡Shige-chan! ¿estas embarazado?-

-¡No! ¿pero que tonterias dices? ¿como voy a estar embarazado? ¡soy un hombre! ¡¡¡¡¡un hombre!!!!!-

-¿Y qué pasa con eso? ¿los hombres también pueden tener bebes no?- me quedé completamente de piedra ante la observación de Massu.. ¿así que yo no era el único que veía hombres embarazados en todas partes? ¿qué demonios pasaba?

-¿Entonces por eso has engordado? ¿porque vas a tener un bebe?- Tegoshi se acercó descaradamente a tocar mi barriga, en ese momento ya no pude negarlo.

-Así que era eso.. tienes nauseas ¿verdad?- asentí a la pregunta de Massu, ¿pero por qué reaccionaban de una forma tan natural?

-¡Keii-chan no me habías dicho nada! ¡es genial que vayáis a tener un bebé!-

-Bueno, es muy poquito tiempo de embarazo, por eso todavía no habíamos dicho nada.- les explicó Koyama; pero mi intención era la de no haberlo dicho nunca..

-¿De cuanto tiempo estas?- me preguntó Massu con una sonrisa, al perecer todos estaban emocionados menos yo..

-De.. 3 meses.. solo...- aparté las manos de Tegoshi cuando intentó levantarme la camiseta para ver mi barriga.

-¿Es niño o niña?-

-Tego-chan, eso aun no se puede saber.- le contestó Koyama..

-¡Pues tienes que decírmelo en cuanto lo sepáis! ¡quiero comprarle algo con calaveras!-

-¡Y yo le compraré algo que esté a la ultima moda en bebes!-

-¿Eh? ¡es un bebé Massu! ¡no puede ir a la ultima moda!-

-¿Como qué no? y que me dices de las calaveras? ¡será muy pequeño para eso!-

-Hay chupetes con calaveras.- aquella discusión comenzaba a marearme.. miraba de uno a otro como si fuera un partido de tenis. -Keii-chan ¿tu que dices?- ambos miraron a Koyama como si ejerciera de arbitro, pero yo solo quería que se callaran.. comenzaba a sentir nauseas de nuevo.

-Creo que.. lo que queráis regalarle será con mucho cariño, así que estará bien.- claro.. Koyama no podía haber arbitrado de otra forma.

-Yo.. me marcho ya a casa...- me levanté del sillón, y ellos tres enseguida se giraron a mirarme.

-Shige.. ¿has pensado en como lo harás con el trabajo?- aquella pregunta por parte de Tegoshi me detuvo.

-No.. solo que no quiero retrasar nada.-

-Tranquilo, cuidaremos de ti todo lo que haga falta, y no te preocupes por el pantalón, pediré que le saque un poco de ancho.-

-Gracias Massu..- sonreí suavemente; después de todo, ellos seguían preocupándose por mi, y ahora también por el bebe.

Nos despedimos y volví a casa con Koyama, pero tan solo me dediqué a mirar por la ventanilla.. pensaba un poco en todo; seria difícil a partir de ese momento.

-¿Ves como no ha sido tan malo? los chicos se lo han tomado bien.-

-Uhm.. eso parece.- suspiré, pero al sentir su mano sobre mi rodilla, me giré a mirarle.

-No te preocupes, estamos juntos en esto.- aquella amable sonrisa me hizo sentir más tranquilo.. al menos por un momento.
  


Cuarto mes de embarazo…


Desperté aquella mañana pensando que tendría que correr al baño para vomitar. Había sido así todos los días durante las ultimas semanas, pero cuando eché a correr para abrazarme al lavabo aun medio dormido, ocurrió algo sorprendente.

Abrí los ojos de par en par.. no ocurría nada. Ni sensación de nauseas, ni mal estar, ni vómitos. Me miré al espejo pensando en que quizás esas nauseas comenzaban a desaparecer; después de todo, solo eran los primero meses.. pero por un momento, pasó algo por mi cabeza.. ¿y si me había despertado de ese sueño que ya estaba durando más de tres meses?

Sonreí feliz por eso y pellizqué mi mejilla; dolía.. solo quedaba comprobar una cosa... llevé mis manos con cierto temor a mi barriga; debía haber desaparecido.. esa barriga que había comenzado a creer ya no debía estar ahí. Pero cuando puse mis manos sobre mi vientre, aquella ilusión se me vino abajo.

Miré hacia abajo; allí estaba.. tal y como la noche antes. Suspiré pesadamente, seguía soñando al parecer, y mi barriga cada día parecía verse más grande.

Salí del baño tras lavarme la cara y volví a la cama. Koyama me abrazó poniendo  delicadamente sus manos sobre mi vientre, y al hacerlo, sentí que todo mi cuerpo se estremecía y mis mejillas ardían.

-¿Tienes nauseas?- me preguntó con la voz adormilada, en realidad él se había preocupado por mi más que de costumbre durante esas semanas.

-No.. se han pasado.. creo.-

-Me alegro.- sentí su cálida respiración sobre mi nuca, aquello me hizo pegarme un poquito más a él.. –hoy toca revisión, nos dirán el sexo del bebé.-

-Si.. es cierto..- suspiré.

Era cierto que Koyama estaba de más pendiente de mi, pero desde que supimos la “feliz” noticia, todas nuestras conversaciones eran “¿como decoraremos el cuarto del bebé?” “¿quieres que sea niño o niña?” “habrá que pensar un nombre”. Podía decirse que Koyama estaba ilusionado de más.. pero se llevaría un buen desengaño cuando yo consiguiera despertar de ese sueño.

*********

Llegamos a la consulta del medico.. extrañamente comencé a sentir nauseas nada más ver, como la vez anterior, a varios hombres allí con sus “barrigas”. Realmente era un sueño.

Nos hicieron pasar, de nuevo aquel gel frío sobre mi vientre.. realmente se veía grande ya  ¡mi cuerpo había cambiado de una forma asombrosa en solo 4 meses! tanto, que comenzaba a darme demasiada vergüenza.

-Aquí está, ¿veis la pantalla?- nos preguntó el medico mientras movía el ecógrafo hacia la parte baja de mi vientre.

Koyama asintió tomando fuerte mi mano.. y yo por un segundo me quedé embobado fijándome en como aquel embrión había crecido hasta tomar forma de alíen.

-¿Eso que se oye es el corazón del bebe?- miré a Koyama cuando hizo esa pregunta; era cierto, se oía muy rápido, quizás demasiado.

-Un momento...- me asusté cuando el medico se quedó totalmente serio mirando el monitor y la frecuencia de sonido de los latidos.

-Sensei, ¿está todo bien?- yo mismo me sorprendí al hacerle ese pregunta.. ¿comenzaba a preocuparme por el bebé? ¡era tan solo un sueño! pero las sensaciones eran tan reales..

-Si, está bien, es solo que...- le vi sonreír, y en ese momento miré a Koyama quien no dejaba de estrujar mi mano hasta que le di un leve tortazo para que aflojara el agarre. –son dos latidos.-

-¿Dos latidos?- ahí si que me asusté… tanto, que no quería oír la respuesta.

-¿Se refiere al del bebé y el de Shige?- preguntó Koyama inocentemente.. Pero yo creía entender que no era eso.

-No.. quiero decir que son dos bebes.- sus palabras me hicieron entrar en shock.

-¿Dos bebés? ¿En serio?- le preguntó Koyama más que ilusionado.. ¿es que no se daba cuenta de la gravedad del asunto? ¿Como íbamos a cuidar de dos bebes?

-Aquí esta uno, y... por aquí el otro..- si, ese medico sabia contar... Yo tambien podía ver perfectamente un par de aliens dentro de mi barriga.

-No, no, no... ¡no puede ser! ¡No puedo dar a luz a dos bebes! ¿Como voy a  hacerlo?- realmente me asusté, y ambos se giraron a mirarme.

-Shige.. irá bien, estaré a tu lado.- Koyama trató de tranquilizarme, pero yo no podía dejar de hacer otra cosa más que pensar en el momento en que los crios tuvieran que salir.

-No tiene que preocuparse Kato-san, en el cuerpo masculino, los partos son mediante cesárea, no hay otra forma de sacar a un bebé del cuerpo de un hombre, y en casos como el suyo, podría ser programado llegado el momento.-

-Gracias, me deja más tranquilo.- le respondí irónicamente; ¡una cesárea era básicamente una operación!  Y por muy programado que estuviera, me asustaba esa idea.

-Sensei ¿y el sexo? ¿Se puede ver ya?- y ahí estaba Koyama de nuevo.. ¡acababan de decirnos que me abrirían la barriga! Y él pensaba en el sexo del bebé.. bueno, de los bebés...

-Veamos..- de nuevo movió el ecógrafo sobre mi vientre.. ¿así que por eso había crecido tanto? ¿Porque eran dos? ¡Acabaría reventando a ese paso! –parece que son chico y chica, gemelos, enhorabuena, ya tienen la parejita.-

-Si que tienes puntería Koyama... a la primera y dos de golpe…- le refunfuñé entre dientes.

-¿Quien? ¿Yo?- preguntó señalándose tontamente.

-¡Claro! No me he acostado con nadie más…- desvié la mirada completamente avergonzado.

Acabamos con la consulta; me tendrían controlado, y me habían dado varias recomendaciones. Aquello comenzaba a ponerme cada vez más nervioso.. ¿Cómo iba a trabajar así? ¡No podría subirme sobre un escenario embarazado de gemelos!

-¡Serán chico y chica! Es genial, ¿no crees?- me preguntó con una amplia sonrisa mientras merendábamos en una cafetería cercana.

-Si.. es genial...- suspiré y tomé un poco de mi batido.. al final me había dado por las cosas dulces con el embarazo.

-¿Qué pasa? ¿Es que no te hace ilusión?- le miré cuando me preguntó aquello, su sonrisa cambió a un gesto preocupado, triste incluso... en ese momento me di cuenta de que estaba siendo muy frío con él.

-Lo siento.. es solo que aun no lo asimilo.. no me acostumbro a esto.- “y es un sueño del cual acabaré despertando” eso tenia que haberle dicho, pero no lo hice. –estoy algo asustado...- reconocí ese miedo, pero él enseguida se inclino sobre la mesa para besar mis labios dulcemente.

-Estaré contigo, te lo prometo.- me sonrió de un modo tan tierno, que bajé la mirada tímidamente.. quizás si estaba con él, no podría salir tan mal ¿no?


Quinto mes de embarazo...



Las semanas seguían pasando y aquel extraño sueño no acababa. Mi barriga cada vez creía más, y a veces comenzaba a sentir como si mis tripas se estuvieran revolviendo allí dentro.

Ese día, Koyama me había convencido para salir de compras. Lo cierto es que mi vida últimamente solo era estar en casa y el trabajo, y es que a pesar de mi “embarazo” dentro de la empresa se excusaba como un simple aumento de peso, ya comenzaba a resultar demasiado extraño.

-¿Otra vez tienes que ir al baño?-

-Si, son tus bebes que aprietan mi vejiga.- ya había comenzado a experimentar eso de que las embarazadas se pasaban el día en el baño.

-Te espero aquí.- me dio una de esas sonrisas tontorronas y adorables, y yo solo pude verle más sexy de lo que ya le veía normalmente.

Me di toda la prisa que pude, y al salir del baño, me crucé con otro chico “embarazado” que hablaba cordialmente con su pareja sobre la habitación para el bebe. Cierto.. Koyama y yo aun no habíamos hablado en condiciones sobre eso, a pesar de que todas sus conversaciones últimamente giraban en torno a los bebes.

-De verdad debe ser un sueño... pero... ¿por qué no me despierto?- suspiré pesadamente; ¡pero es que el mundo había cambiado de la noche a la mañana! Ahora los hombres se quedaban embarazados, y paseaban por la calle libremente.

-¡Shige! ¿Te encuentras bien?- alcé la mirada; Koyama corría hacia mi con esa carita de preocupación, así que le sonreí algo cansado.

-Si, solo que estoy un poco cansado, la barriga ya pesa.- me sonrió y besó mi mejilla, aquello me hizo sentir como mis hormonas se revolucionaban. –bueno, vayamos de compras ¿no?- tomé su mano; ya que el mundo se había vuelto loco, ¿qué más daba que nos vieran tomados de la mano?

Entramos en varias tiendas, como siempre, a Koyama todo le sentaba genial, pero a mi... aquello era muy distinto.

-Está un poco ajustado ¿no?- le miré mal.. ya me había dado cuenta de eso. –te iré a por una talla más.- sonrió nervioso y salió del probador para buscarme otra de esas camisetas.

Me miré al espejo de nuevo; ¡me veía realmente ridículo! El cuerpo de un hombre no estaba preparado para un embarazo, y no era físicamente estético con una barriga como la mía.

-Me veo horrible...- me dije a mi mismo poniendo un puchero ante el espejo.

-No es cierto.- Koyama me sobresaltó de tal modo, que hasta sentí a los bebes moverse.

-¿Como que no es cierto? Mírame Keii.. ¡me estoy poniendo cada vez más gordo! Y engordaré más! Estoy horrible.- por un momento me dieron ganas de llorar, pero él me abrazó por detrás mirándome a través del espejo.

-Pues yo te veo más sexy que nunca.- sus manos acariciaron mi vientre, y justo en ese momento, pude sentir perfectamente lo que parecía ser una patada.

-¿Eso ha sido.. una patada?- pregunté sorprendido, y de nuevo, una más.

-Eso parece.. supongo que los bebes están de acuerdo conmigo, ¿ne?- sonreí ante sus palabras; Koyama siempre me hacia sentir mejor, y él conseguía que aquella situación no fuera tan mala. –¿qué te parece si te llevo a cenar cuando acabemos? Una cena romántica.. y luego.. te llevaré a la cama~- aquellas palabras sonaron tan sensuales, tan provocativas en mi oído, que solté un suave gemidito cuando todo mi cuerpo se estremeció.

Acabamos las compras en esa tienda; al final Koyama me había convencido para comprarme algunas cosas, aunque se me quedarían pequeñas pronto.. pero realmente necesitaría algo de ropa para los próximos meses de embarazo.

Caminamos por el centro comercial, pero cuando pasamos junto a una tienda de bebes, él se quedó completamente embobado mirando a través del escaparate. Suspiré; no habíamos comprado aun nada para los bebes, yo había intentado evitar ese momento pensando que me despertaría, pero al parecer eso no iba a ocurrir en breve.

-¿Podríamos entrar no? Después de todo, deberíamos comenzar a comprar todo lo necesario.- sus ojitos brillaron y enseguida asintió, en ese momento, solo por un instante, me sentí feliz por estar embarazado.

3 horas más tarde... ya teníamos la cuna encargada, el cochecito.. habíamos comprado biberones, ropa, y varias cosas necesarias para un recién nacido; o en este caso, para dos. Por un momento me había sentido agobiado al no saber que se necesitaban tantas cosas.. a eso se le sumaba el hecho de que Koyama se había vuelto loco comprando en ese lugar.. pero no podía negar que había sido divertido, que me había sentido bien escogiendo todo eso junto a él.. después de todo, seriamos padres, estábamos juntos en eso.

-¿Entonces vamos a por esa cena?- me preguntó mientras soltábamos las bolsas en el coche.

Asentí emocionado con eso; después de todo, hacia meses que no teníamos un momento de ese tipo, y sobre todo, por algún motivo aun más fuerte de lo normal, ansiaba lo que vendría después.

Koyama había escogido un restaurante francés; ya habíamos ido alguna vez a ese lugar, y ambos habíamos quedado encantados con la comida, pero esta vez, no sentía el mismo apetito, no le veía esa buena pinta, y comenzaba a darme nauseas solo el olor...

-¿Qué pasa Shige? Llevas un rato mirando la carta, ¿no sabes qué pedir?.-

-Es que.. no me apetece.- le confesé suspirando pesadamente ¿podía ser que le hubiera tomado asco a la comida francesa? –ahora mismo comería tan solo una pizza y algo dulce después.- ¿me daba asco la comida francesa y adoraba los dulces? ¿Qué pasaba conmigo?

-¿En serio? Entonces vayamos a una pizzería.- le miré cuando dijo aquello ¿así de fácil? claro, él siempre buscaba mi comodidad.

Le sonreí suavemente, realmente lo agradecía, sobre todo porque de verdad comenzaba a sentir ganas de vomitar solo por el olor del lugar.

-Gracias...- se disculpó con el camarero alegando que debíamos marcharnos por un asunto familiar, y enseguida salimos de allí.

40 minutos más tarde, estábamos en casa, sentados en el sofá y comiendo una deliciosa pizza de pepperoni mientras veíamos la televisión.

-Si que tenias ganas de pizza.- rió divertido mientras me acababa la ultima porción, eso si que había estado delicioso. –¿aun te apetece algo dulce?- asentí, y él enseguida se levantó para ir a buscarlo.

Me quedé mirándole; podría acostumbrarme a ser un caprichoso, a que Koyama me diera todo lo que se me antojara.. pero comenzaba a sentir que me estaba aprovechando demasiado. Aunque viéndolo desde otro punto de vista.. él no tenia que cargar con dos bebes en su barriga que al parecer, ¡habían salido igual de glotones que su padre!

Volvió con unas fresas con chocolate y se me hizo la boca agua. Se sentó a mi lado ofreciéndome una de ellas, y cuando abrí la boca rozando sus dedos con mis labios, le miré fijamente..

Koyama se veía realmente sexy esa noche. No sabia que era, pero mi cuerpo reaccionaba agitándose solo con eso, de tal modo, que tan solo una caricia en mi mejilla, me hizo gemir suavemente.

-Creo que... quiero pasar de las fresas e ir directamente a la cama.- le confesé sintiendo mis mejillas rojas, comenzando a subirme sobre él a horcajadas.

Le besé... Koyama acarició de nuevo mi mejilla deslizando su mano hasta mi nunca donde metió sus dedos entre mi pelo.. aquello me hizo suspirar una vez más.

-Entonces vamos a la cama.- susurró sensualmente sobre mis labios, y en ese momento, me derretí por completo ante él… al menos mientras durase ese sueño, iba a aprovechar los mejores momentos.




Continuará en la parte 2...


Y hasta aquí esta primera parte!  me da miedo las reacciones ^^u  asi que me gustaria leer vuestros comentarios antes de subir la segunda parte.. mas que nada por si no interesa ahorrarme la tarea de subirlo ^^u 

Bueno, lo que ya decia, es una idea loca, y más loca aun siendo Shige el embarazado! pero es que no recuerdo por qué fue, una de esas noches en que andaba cansada por el trabajo y con un subidon de café, comencé a bromear con Nagii sobre Shige embarazado de gemelos.. despues de eso me dio por ver esas ovas de "sex pistols" donde los hombres pueden quedarse enbarazados, (lo cual me impactó mucho... y que no tenia ni idea de lo que iba la historia) asi que a todo eso le sumamos el hecho de que queria escribir algo loco... de repente me dige "no.. no voy a escribir eso!" pero segundos despues "lo voy a escribir~~ me voy a reir mucho ^^" y asi fue... asi que lo dicho, aqui está ^^ ahora me toca esperar vuestros comentarios para subir el siguiente! solo pido que leais hasta el final de la historia... no estoy tan loca como parezco con este fic ^^u 

Una cosa más.. este fic se lo dedico a Nagii.. a ver si asi se anima a seguir el suyo de una vez!!!