miércoles, 23 de octubre de 2013

Sonaja [Drabble]

Título: Sonaja
Pareja: Tegomass
Autor: テゴマス

Comment: Esto fue escrito por mí hace algunos meses, fue algo que le hice a una amiga cuando me inspiré y ella me propuso escribir algo con respecto a Tegomass y un bebé, es algo cortito pero lo escribí con demasiadas ganas x3, espero os guste.


- ¿La dejaste fuera de la cuna? ¡Sabes lo traviesa que es!

-Pero no tienes porque reaccionar de esa forma, tomalo con calma, ya va a aparecer, no es la primera vez que lo hace.

-¿Calmarme? Sabes que no puedo y menos si mi hija anda quien sabe en que lugar de la casa.

No era la primera vez que pasaba, Hikari era muy traviesa y eso era un problema para nosotros, yo era un distraído y Yuya demasiado alterado, a veces teníamos ciertos choques, nos peleabamos por tonterías, incluso para quien le daría el biberón a la pequeña bebé que habíamos adoptado.

Ese día en particular hacíamos las cosas de siempre, nos dedicamos a jugar con Hikari pero a la hora de descanso nos entretuvimos viendo una película, Yuya y yo nos quedamos dormidos en ese instante y nada mas al despertar ella ya no estaba.

-Massu, tiene que aparecer, no puedo creer que seamos tan irresponsables, mira que quedarnos dormidos.

-¿Puedes calmarte? Nada logras con estar así y lo sabes.

Era la primera vez que veía esa expresión en su rostro, bajó los ojos mirando el suelo, le notaba abatido, frustrado, igual era mi culpa; sonreí algo mas tranquilo y mis brazos rodearon su cintura, no me gustaba verle así, era mejor que fuese enérgico o que incluso me regañara pero notarle tan deprimido me entristecía a mí mismo.

Hikari es como tú, fuerte, traviesa, risueña y llevada a sus ideas, hará algo para hacerse notar.

-¿Lo crees, Massu?.

-Lo creo, despúes de todo es nuestra hija.

Una pequeña lágrima fue captaba por mi dedo, lo que mas odiaba era verle llorar y mas si era por mi culpa, quería darle confianza, yo mismo estar bien para que Yuya no se preocupara por nada, así fue hasta que escuchamos el dulce sonido de una sonaja.

-Te dije que haría algo para hacerse notar.

Le vi reír y besarme suavemente los labios, entrelazamos nuestros dedos corriendo tras de ese dulce sonido proveniente de esa pequeña aventurera; llegamos y la encontramos durmiendo plácidamente, movía débilmente ese juguete, ambos nos miramos impresionados en ese momento, ella lo hacía sonar a pesar de estar completamente dormida. Yuya la cogió entre sus brazos y no pude evitar abrazarles a los dos.

-Nunca dejaría que algo les pasara.

-Lo sé Massu, eres un sobreprotector pero sabes que eso me agrada.

Pude ver ese dulce y suave sonrojo en sus mejillas, sonreí pensando en que eso era como mi recompensa, me acerqué a sus labios pero la pequeña desperto llorando y moviendose inquieta.

-Alguien necesita comer y un cambio de ropa~.

-¿Eh? ¡No me mires a mi Yuya!

Fue así como ese día nuevamente terminamos discutiendo por algo tan simple y complicado como cambiarle un pañal a nuestra bebé pero toda pequeña acción tiene su recompensa, eso para mi significaba las sonrisas de mi familia, Yuya y Hikari.

domingo, 20 de octubre de 2013

Yakusoku "promesa" (capitulo 1)


Hola, aqui estoy de vuelta con un fic inesperado!  y es que aunque llevaba dias dandole vueltas a escribir un Tegomass, no me habia propuesto escribirlo aun por falta de tiempo.. pero hoy se me vino a la cabeza la escena que ha dado pie a esto, asi que acabé poniéndome a escribir.. y esto que leereis es el resultado. 

Como advertencia, fans de Tegoshi que piensen que él es un chico completamente inocente, que no lean esto, o que lo hagan aceptando las consecuencias. Dicho esto, aquí está mi nuevo fic, espero que lo disfrutéis.



YAKUSOKU "PROMESA" - Capitulo 1

Autor: Saiikeiilove
Resumen: Massu y Tegoshi se hacen una promesa cuando eran unos niños, 20 años después vuelven a reencontrarse.
Pareja: Teggomass
Genero: Romantico, Drama
Advertencia: lemon en un futuro


El sol lucia en lo más alto del cielo a pesar de que el otoño ya dejaba una brisa fresca. Las hojas de los arboles comenzaban a caerse, y en ese mismo parque, dos niños jugaban con sus mejillas teñidas de rosa...

-Por eso, cuando sea mayor, ¡me casaré contigo!- gritó el pequeño de 7 años con una amplia y preciosa sonrisa.

-¿De verdad?- le miró el otro con sus redondos ojos bien abiertos, brillantes de emoción... 

-Es una promesa, ¿ne?- extendió aquel dedito meñique, y su amigo no dudó en entrelazar el suyo.

-¡Una promesa!- asintió firmemente, con decisión y seguridad a pesar de sus casi 6  años de edad. -¡entonces me casaré con Massu!-  una amplia sonrisa y un leve sonrojo hizo aquel infantil rostro un poco más lindo ante los ojos del mayor...

-Yo te protegeré.- y besando la mejilla del más joven, selló aquella promesa..


1 mes más tarde...


El viento soplaba levemente meciendo las hojas de los arboles en aquel otoño algo frío.  El columpio se movía por la inercia de aquel niño; suavemente.. mientras otro niño más pequeño le miraba de pie frente a él.

-¿Entonces tienes que marcharte lejos?- le preguntó sin entenderlo muy bien.

-Si.. por el trabajo de mi padre..- ambos niños guardaron silencio... -pero ¿sabes qué? ¡tendré una casa enorme! así que podrás quedarte a dormir cuando quieras.- le sonrió arrancando una leve sonrisita en los labios del más pequeño.

-Pero no podremos vernos como ahora ¿ne? ni iremos al mismo colegio...- bajó la mirada poniendo un puchero mientras con su pie movía la tierra bajo su bota de fútbol.

El mayor le miró sin decir nada... una ráfaga de viento les hizo temblar un poquito, pero entonces el columpio se detuvo.

-Ten esto.- se puso frente al pequeño, y cuando este alzó la mirada, le entregó un colgante.

-¿Qué es?-

-Es una piedra mágica.. ¿ves su color? es amarillo ¿ne? si la llevas encima, cada vez que te sientas triste yo estaré contigo.- le sonrió ampliamente, tan dulce, que el más joven asintió confiado.

-Entonces Massu estará siempre conmigo.- sonrió poniéndose ese colgante.

-¡Claro que si!- ambos rieron seguros de eso...

Pero los días pasaron, el otoño había despojado a los arboles de sus hojas, y un paisaje en tonos marrones cubría aquel escenario... 

-¡Massu! ¡¡Massu no te vayas!!- gritó mientras corría detrás de aquel camión de mudanzas.

-¡¡¡Yuyaaaaa!!!- sus ojitos se bañaban de lagrimas viendo la imagen de su mejor amigo intentar alcanzarle.

-¡No quiero que te vayas! ¡por favor detengan el coche!- tropezó cayendo al suelo, pero volvió a levantarse... ¡no se rendiría hasta detenerle!

-¡Yuya volveré a buscarte, te lo prometo!- aquel nudo en su garganta cada vez se hacia más fuerte, así como la impotencia de no poder volver atrás.

-¿¿¿Y te casarás conmigo???- su voz sonaba cansada, ahogada por las lagrimas.. 

-Te lo prometí ¿no? ¡me casaré contigo!-

-¡Entonces no te marches!-

-Nee Yuya... ¡te quiero!- le sonrió tristemente viendo como el pequeño se detuvo.

Aquellas ultimas palabras, ese "te quiero", resonó dentro de su cabeza. Respiraba agitado, agotado.. las lagrimas caían por sus rosadas mejillas. Massu se había marchado.. su mejor amigo, aquella persona a la que tanto quería... 

-¡¡¡¡¡¡Te esperaré por mil años!!!!!- chilló rompiendo en un agudo llanto.


************************* 


20 años más tarde... 

Abrió lentamente los ojos ante el molesto sonido del despertador. Lo paró y se incorporó desperezándose en la cama. 

-Otra vez el mismo sueño...- se dijo a si mismo recordando como había vuelto a soñar con aquel chico que le había robado el corazón desde la infancia.

Se levantó pesadamente para ir la ducha.. debía ir a trabajar como cada día  pero cada vez se hacia más pesado. Ese sueño se había repetido casi todas las noches durante las ultimas dos semanas.. soñaba con ese recuerdo, con ese niño de su infancia que aun 20 años después  seguía teniéndole enamorado. Aun recordaba ese rostro, esos ojos, esa sonrisa.. cada una de las facciones de ese pequeño; no había podido olvidarle.

Había tenido que mudarse al extranjero cuando apenas tenia 7 años por el trabajo de su padre.. y desde entonces, perdió completamente el contacto con Yuya. En alguna ocasión, en la adolescencia, había vuelto a Japón a visitar a la familia.. le había buscado, pero ese niño ya no vivía allí.

Según lo que contaban las vecinas de la zona, los padres del chico habían muerto en un accidente de trafico, y el pequeño había sido adoptado por una familia adinerada. Pero nunca más dio con él.

-¿Por qué no puedo.. dejar de pensar en ti, Yuya?- se mordió los labios, se mantuvo un momento dejando que el agua recorriera su esbelto cuerpo, y finalmente salió dispuesto a prepararse para un nuevo día.


***************************** 


-Buen trabajo Tegoshi-kun.-

-Gracias...- se puso el albornoz tapando su cuerpo desnudo, sudado y manchado.. lo mejor seria tomar una ducha cuanto antes.

-Tegoshi hay un problema con una de las escenas.. tocará repetirla mañana.- le informó el director de aquella película.

-No me jodas... ¿otra vez?- preguntó fastidiado; ¿es que era tan difícil seguir el guión en una película X?

-Es lo que toca, eres la estrella, ¿no?- aquel hombre le dio un golpecito en el hombro, y Tegoshi solo refunfuñó entre dientes.

Suspiró resignado yendo a aquella habitación que medio habia adecentado como su "camerino". Se deshizo del albornoz y fue a tomar una ducha cuyo propósito más que relajarse, era el de limpiar de su cuerpo las huellas de esos hombres con los que tenia que grabar.

Ya debía estar acostumbrado.. llevaba un par de años en ese trabajo, y aunque no era el más digno de todos, era trabajo a fin de cuentas. 

Salió de la ducha secándose bien, vistiéndose... volvería a su pequeño apartamento alquilado en un pequeño suburbio de Tokyo.. pero es que a pesar de ser la "estrella", su sueldo solo daba para el día a día. 

Si.. era más fácil cuando tenia todos los caprichos que quería por parte de sus padres adoptivos.. esas personas que le acogieron con 10 años, cuando sus verdaderos padres murieron. Pero había acabado escapándose de casa a los 17 años, y ellos no habían hecho demasiado por buscarle.. así que desde entonces se había buscado la vida, soñando con triunfar en el mundo de la música,  pero aquello ya se había vuelto un imposible; se había quedado en una simple "estrella del porno gay".

Cogió sus cosas y volvió a casa dispuesto a descansar y quizás tocar un poco esa vieja guitarra que su padre biológico le había regalado siendo un crío.

Abrió la puerta y entró allí antes de que aquel muchacho, vecino del apartamento contiguo al suyo, le oyera y se presentara allí para llevarle algo de comida.. al principio tenia su gracia, pero ese chico últimamente solo andaba cotilleando en su vida.

-¿Qué tenemos hoy para cenar?- miró la nevera.. no había gran cosa, así que le tocaría bajar al conbini más cercano y comprar algo..  la cocina tampoco es que se le diera muy bien.

Se sentó un momento en el sofá, cansado.. sintiendo aquel dolor en sus caderas.. ¡ese bruto se había pasado! ¿y aun así tenia que repetir la escena? odiaba trabajar con ese tipo que le sacaba dos veces su cuerpo.. pero esa era su vida.. aquello que le había tocado ser. 


**************************** 


Habían pasado varios días desde aquella mañana en que ese recuerdo se volvió tan presente. Ya no eran solo dos semanas; si no más de tres durante las cuales aquello se repetía en forma de sueño.. tan constante, tan presente, que había comenzado a inquietarle.

Esa mañana salió bien arreglado de casa como cada día,  pero esta vez, con una idea en mente; una decisión que había acabado tomando después de mucho pensarlo, después de mucho pensar en "él."

-¿Como que te marchas? ¿y dejas así el trabajo?-

-Lo siento, pero voy a volver a Japon, ya lo he decidido.- hizo una reverencia hacia su jefe; dueño de aquella importante productora en Los Ángeles  -así que tenga mi dimisión.- le entregó aquella carta, pero el hombre solo le miraba.

-¿Estas seguro de lo que quieres hacer?- Massu solo asintió con seguridad; quizás era la decisión más firme que tomaba desde hacia muchos años. -has conseguido mucho en esta empresa durante estos 5 años, ¿vas a echarlo por la borda?-

-Estoy muy agradecido a la empresa, pero hay.. algo importante que tengo que hacer en Japón.. así que por favor, acepte mi dimisión..- le miró completamente serio, entonces el hombre comprendió que no podría convencerlo. 

-Recoge tus cosas y márchate.- le dijo algo molesto.

-Gracias.. ha sido muy satisfactorio trabajar para esta empresa.- hizo una nueva reverencia y salió de allí. 

Comenzó a recoger sus cosas personales de su despacho; sus compañeros le miraban como si hubieran visto un fantasma, pero Massu tenia una sonrisa suave y constante en sus labios... era el momento de dedicar el tiempo que le hiciera falta en buscar a Yuya, así le llevase otros 20 años.




Continuara....



Pues hasta aquí este pequeño capitulo de introducción. Como ya dije antes, esto surgió en un rato esta tarde.. la idea está en mi cabeza, pero no se cuantos capitulos tendra; si muchos o pocos, si serán cortos o largos.. creo que es la primera vez en todos los años que llevo escribiendo fanfics, que subo el primer capitulo sin tener más escrito.. pero con esto quiero animarme a seguirlo, a sacar tiempo aunque sea de debajo de las piedras! asi que me gustaria que quien lea, deje algun comentario.. para mi es muy dificil sacar tiempo para escribir, y aun asi me esfuerzo en hacerlo, asi que lo agradeceria..

Bueno pues hasta aqui, espero leer que os ha parecido ^^  y las fans de Tegomass, no me mateis, este fic sera un poquito duro..  ^^u





sábado, 19 de octubre de 2013

Un amor entre acertijos (1/?)

Título: Un amor entre acertijos (1/?)
Pareja: Koyashige.


Antes que nada quiero disculparme por lo floja que he estado, tengo un fic aún sin terminar y ahora he vuelto con uno nuevo, más que nada estoy liada con algunas cosas pero pretendo al menos poder subrir un capitulo por semana o veré como va mi tiempo, sé que no tengo perdón de dios xDD pero les traeré capitulos nuevos y ahora sí que si. Espero les guste esta nueva historia y se entienda un poco y a la vez les entre curiosidad, nos vemos.
PD: Saii xD bueno este primer capítulo va para to, espero te animes y no te estreses! <3  
 






Haciendose algo habitual como siempre; esa taza de café empezaba a marearme, las calles repletas de personas diferentes unas de las otras, mirando a cada rincón, queriendo observar o buscar algo inusual o fuera de lo cotidiano pero resultaba ser siempre lo mismo, cada vez me aburría más pero había un tiempo del día del cual podría disfrutar de distintas historias.

Una llamada entrante, pero yo sin ganas de contestar, aparentaba ser una persona sin igual, sociable, increíblemente con una mente abierta a todo tipo de conversaciones, se me daba bien tener una amistad en cuanto a un pequeño tiempo de empezar, a entablar palabras conectadas a frases coherentes; así es, era un ser completamente extrovertido a la hora de relacionarse con los demás. Tendría trabajo esa noche y debía de ir bien vestido de lo que casualmente llevaba; un traje largo, bien agradable a la vista con un tono  grisáceo, siempre el mismo pero esta vez sería diferente, quería ir con uno negro más atrevido y que me daba mejor personalidad.

Estaba ante ese espejo que a veces me hacía encontrarme conmigo mismo, unas cuantas veces pasado de copas, otras con algunas marcas de más y que no debían de estar, gracias a dios el maquillaje era de lo mejor para ocultarlas; llevé una de mis manos a rozar mi cuello el cual era variadas veces atacado, sonreí de lado nada más al observarme a mí mismo como siempre lo hacía antes de que callese la noche y solo encontrarme con esa mirada pérdida, ¿Porqué todo tiene que ser tan monótono?

_______________________________________________________________________

-Muchísimas gracias por venir esta noche~. -Siempre las mismas palabras, los mismos clientes que una y otra vez venían a este oscuro pero divertido local nocturno, guardando unos buenos secretos nada más al caer la noche. Gente famosa, ídolos, cantantes e incluso personas de la política se paseaban por este lugar oscuramente reconocido por quien buscaba pasar una buena noche. Al principio el trabajo no deseaba hacerlo por un asunto de moral pero quería salirme de lo cotidiano, no es que me gustara acostarme con cualquiera pero es que a veces no era solo sexo; horas de charlas y consejos que trataba de hacer surgir cuando salían de mi boca.

-¿Lo mismo de siempre, señorita?.- Con una sonrisa solía conquistar a cualquiera, mis palabras y esa manera tan única de expresarme me hacían realmente atractivo, o esa era lo que me contaban mis colegas y la única persona de la cual confiaba, Tegoshi Yuya.

- ¿Otra vez te ha tocado una buena?.- Reí al verle esa sonrisa traviesa entre sus labios, sabía muy bien hacer su trabajo como todo un profesional, lucía sexy con cada traje que le era encomendado aunque más que nada era algo avaricioso y egoísta, toda su atención debía de estar puesta en él o la cosa no surgía bien.

- ¿Celoso?.- Nada más al escucharle negué de inmediato compartiendo una copa junto a él. La noche iba bastante bien, estaba satisfecho con el trabajo que llevabamos allí, se nos podía ver mal por ser una especial de “Gígolos” o por si así es vista esa palabra aunque no era eso.

Ambos conversabamos, inclusive llevábamos una cuenta de cuanta gente nos prefería, nos gustaba competir ya que el perdedor invitaba la comida del ganador pero a pesar de jurar que debíamos de cumplirla siempre se salía con la suya terminando yo pagando costosas cenas.

- ¡Al fin has llegado!.- Esas palabras nunca antes las había oído aunque en un lugar tan cerrado como este podría encontrarse tales conversasiones incluso pervertidas entre los que trabajabamos allí y nuestros clientes, pero algo me hizo girar la cabeza hacia esa voz, encontrandome con el rostro serio pero perfecto de un chico que traspasaba esa puerta.

- Nunca le había visto ….- Tegoshi soltó esas palabras, era la verdad, nunca había presenciado tal rostro algo coqueto pero tímido, buscaba su mirada pero ya se alejaba de allí al parecer con una de esas chicas atrevidas.

- ¿Es que ahora te harás gay?.- Nada más mi compañero soltó eso y empecé a regañarle por decirme esas palabras, la verdad es que nunca había tenido dudas de mi condición sexual, prefería a las chicas pero no faltaba que una persona de alto rango o con un buen dineral me pidiese para tener una aventura algo erótica y homosexual, terminaba la mayoría de las veces hecho un desastre.

La noche se posaba cada vez más sombría y oscura pero el ambiente era animado en ese local, bebía un vino exquisito de una antigua reserva pedido por una distinguida señorita que variadas veces me había solicitado pero pude ver a un lado la mirada de ese chico que mucho antes lo visualicé. Trataba de ignorar ese extraño dolor agudo en mi estómago como si algo me callese mal, esa mirada había sido tan penetrante por algún momento que mis nervios me llevaban una mala pasada; un grito y una copa derramada.

- ¡Ah! … No entiendo que ha sucedido, mis sinceras disculpas.- Ya limpiaba mi traje que lucía morado ya ahora con esa terrible mancha de vino que no saldría con nada, esa chica, algo descarada cogió mi mano y lamió mi pecho haciendome suspirar. El alcohol le provocaba ese comportamiento extraño y a la vez atrayente con ese vestido escotado, un hombre como yo era débil a eso.

Me gustaba ir lento pero algunas veces todo se volvía como un tornado salvaje que ni tú mismo podrías evitar sin caer en lo más profundo de ese deseo, levantaba su barbilla con sutileza, algo gentil y sus dientes se clavaron de mi labio inferior provocando un leve jadeo; era un buen espectáculo pero nadie nos observaba excepto la mirada intensa del menor de cabello negro. Giré mi cuerpo tratando de darle la espalda y olvidarme de él, ¿Qué sentido tenía darle algo de mis pensamientos a ese chico que ni siquiera conocía?

Le pedí permiso un momento para retirarme al baño, algo empezaba a pasar conmigo, no había dejado de pensar en él toda la noche. Mi cara ya estaba húmeda con toda el agua que estaba echando en mi rostro; un suspiro ahogado salió de mis labios ya saliendo de ese lugar hasta encontrarme con esa chica que me esperaba ansiosa. Rodee su cintura con mis delgadas manos, no me esperaba que me acorralaría a la pared besando mis labios de una forma lasciva, solo me entregué a ello sin duda alguna.
Mis labios acariciaban los suyos de una forma atrevida pero al ladear nuestras cabeza en un movimiento contrario, sin percatarme antes ese chico estaba allí, esperando por entrar al baño su mirada era bastante en regañina, me separé un poco de esa chica pero protestó y solo la abracé por los hombros saliendome de ese lugar, ¿Porqué justo debía de encontrarme con él?

La mañana siguiente era molesta, ese sol ya golpeaba mi rostro, mi cuerpo dolía como nunca después de una buena aventura como todos los dias o al menos la mayoría, pero había algo aun que no podía entender o enlazar en mis pensamientos, ¿Porqué ese chico se aparecía en un momento inoportuno?

Llevé mis manos a mi rostro pero noté uno de mis brazos muy pesado, me mordí los labios al darme cuenta de que era esa chica, suavemente mi diestra acarició su mejilla notandola moverse, era mi tiempo de despedirme y como siempre les dejaba una nota en el velador, era una buena forma de despedirse de una preciosa dama en una noche de pasión.

Ya caminaba de vuelta a casa pero de inmediato pasé por una librería encontrandome con algunos libros que llamaban la atención, a pesar de ser un chico el cual le gustaba pasar las noches en ese trabajo de vez en cuando me refugiaba en historias escritas por buenos escritores que captaban mi atención, algunas sobrenaturales, otras de drama, comedia pero no tenía mucha fascinación por las tragedias aunque un libro, esecíficamente un título me llamó la atención, creo que se llamaba algo de “Pink and gray”, habiendo tantos títulos y escritores famosos yo vine a caer en este, no se porque una inquietud nació en mi al leer nada más el prólogo y quien lo escribía, Shigeaki Kato. Al llegar a casa, una pequeña bolsa colgaba de mi hombro, es cierto, había sido capas de comprarme ese libro que tanto rodeo dió en mi cabeza. Era una tarde tranquila, junto con un café y mis bollos favoritos llevé conmigo ese libro callendo al sofá. Hojeaba de vez en cuando acomodandome bien esos anteojos de marco negro, me iba perdiendo en esa historia, era algo demasiado trágico, la mente y el corazón de ese escritor estaban bien conectados con la historia. A medida que avanzaba aún más rataba de entender a los protagonistas que pasaban por varias etapas, era increíble como alguien tan joven podría escribir una historia basada en tristeza, fama, amistad pero siempre la muerte presente en esta. Ni cuenta me di que me había quedado dormido, me miraba a mí mismo adentrado en esa historia que me había hecho pensar en muchas cosas, en sueños que deseaba realizar pero inmediatamente esa escena final que había golpeado tanto mis sentimientos como mi corazón. Mi mano se alzaba buscando una ajena que no conocía hasta que entrelacé esos dedos junto a los míos robandome una leve sonrisa, un rostro que no podía descrifrar, unas manos no tan finas como la de una mujer pero calides a su roce, una sonrisa que me hacía suspirar pero escuché la alarma de mi móvil sonar empezando a abrir pesadamente mis ojos, me quejé un poco por ello pero cuando fui a darme cuenta aún poseía ese libro que yacía en mi pecho, así como mis lentes cubriendo mis ojos pero misteriosamente una lágrima bajar por mis mejillas, dí un suspiro para ver la hora y maldecir, ¡Se me había hecho demasiado tarde.


Agitado y cansado llegué a la hora exacta del trabajo llevandome un sermón de ese chico pequeño con cabellos rubios quien siempre me acompañana cada noche haciendo esas competencias, quien siempre había tratado como un hermano y un amigo.

- Últimamente andas como en las nubes y con lo responsable que eres~.- Un puchero divertido salió esbozado entre sus labios provocandome una risa algo ligera.

- Vamos~. Es que he tenido un a noche tan apasionada que no me podía ya el cuerpo.- Sabía que era una broma y revolvió mi cabello de una forma infantil.

Tenía un aspecto de crío pero a la hora de conquistar si que tenía su encanto. No dejabamos de reír y bromear como siempre lo hacíamos, a la vez, esas apuestas comenzaban a crecer queriendo de alguna forma divertirnos por medio de nuestro trabajo.

- Sabes que deseo ser algo travieso hoy ...- Me quedé mirandole sin entender muy bien a que se refería con esas palabras, me guiñó el ojo pero casi sin poder escucharle una persona palmeo mi hombro llamando mi atención, era ese chico, ¡Lo era!

- Disculpa … Me gustaría poder tener tu compañía, ¿Te lo puedo arrebatar por la noche que queda?.- Esa sonrisa ladina había llamado mi atención, mi amigo ni siquiera se dignó por negarse así que me levanté de la barra de bebidas para sentarnos en una mesa apartada de las demás.

La noche avanzaba, las parejas se formaban y hasta había perdido de vista a ese chico rubio pero la situación en mi caso era completamente diferente, el chico con la mirada penetrante que podrías ser capas de perderte en ella no apartaba sus ojos de los míos, queriendo leer mi mente o mis propios pensamientos.

- ¿D-Deseas beber algo más de vino?.- Le ofrecía un poco más pero no dejaba de acomodar su rostro entre sus manos cruzadas, era increíble como es que ese rostro empezaba a ser atractivo para mí.

- En realidad … eres perfecto, no lo hubiese pensado de no verte a la cara.- Cogió ese vino de mis manos sirviendose por él mismo, ¿Había sido un insulto o qué cosa?

Mis ojos se entrecerraron a esas palabras que salieron de sus labios pero se levantó sin decir nada más.

- Creo que iré a por otra persona más interesante por ahora … Nos vemos.- Cerró uno de sus ojos dejandome allí, no sé como me sentía, si había sido un tonto o qué diablos había pasado esa noche, no actuaba como normalmente lo hacía.

Un pequeño calor recorrió toda mi espalda hasta llegar a mis mejillas, presionaba mis dientes ya que antes nunca me había sucedido algo así; llegaba a la barra realmente con mi propio desempeño, antes era un poco más lanzado e incluso pervertido pero esta vez me había cohibido como nunca.

- Quiero una buena copa de alcohol.- Le dije al encargado quien casi corriendo me la sirvió en el vaso.

La noche avanzaba, esas copas aumentaban incluso el propio Tegoshi me pedía que no lo hiciera más, me sentía mareado pero a la vez demasiado contento como para detenerme en ese precioso instante pero de inmediato alguien se sentó a mi lado acariciando de una forma suave una de mis manos la cual sostenía ese vaso.

- Tú de nuevo, ¿Te ha gustado dejarme sin palabras?.- Ese chico, con un aspecto tan irritante pero a la vez demasiado apuesto a la vista, mis palabras salieron sin cortarse demasiado hasta que yo mismo moví mis manos alzando su barbilla solo para hacer roce de nuestras narices, una con la otra. Una risilla salía de sus labios en forma de burla, mi cuerpo se movía por al alcohol que me invadía, mi calor aumentó hasta sentirme completamente lascivo y acariciando su brazo de una forma casi de un roce sin tocar demasiado su piel.

Sin detenernos cogimos nuestras manos, tomamos un taxi aunque ni yo sabía que es lo que comenzaba a crecer en mi, ¿Una ansiedad?¿Ganas de tener sexo con quién se había burlado en pocas palabras de mi.

Nada más en el ascensor pretendía ponerme algo atrevido, enseñarle quien era yo y que a veces solía ser algo extremista, un poco travieso y demasiado coqueto pero sin darme cuenta ya me acorralaba en la esquina de ese lugar, me sorprendía que tuviese esa actitud porque no lo había pensado antes. Nuestros labios, cerca el uno del otro sentían como la respiración chocaban, me mordí los labios demasiado ansioso por poder probar esos labios que habían soltado esas palabras molestas pero sin dejarme hacer un movimiento se separó de mi volviendo a su postura normal.

Entramos a la habitación, era amplia y cómoda aunque nada más al entrar me tropecé llevando mi mano a mi cabeza por esa caída que él mismo presenció logrando una risa molesta.

- Vamos … No te burles.- Le dije para ser jalado por él y lanzado a la cama, eso nunca me lo hubiese esperado, siempre tomaba un rol más dominante a la hora de estar en la cama pero ahora completamente diferente.

- Ahora eres tú quien puede sucumbir ...-Mordió mi barbilla dejando escapar un leve jadeo de entre mis labios, su boca cerca de la mía, esa lengua que mojaba mi comisura volviendo mi cuerpo como una corriente eléctrica pasase por mi espalda pero nuevamente se detenía.

No pude más por esa actitud tan traviesa que poseía, mordí mi labio interior ya no queriendo más de esos juegos que me hacían revolver mis sentimientos; Sin dudarlo y con ganas de sorprenderle, toqué su pecho hasta poder tumbarlo en donde nos encontrabamos, me miraba algo sorprendido pero luego esa sonrisa ladina que me provocaba tantos nervios, sus labios unidos a los míos y nuestros cuerpos ya completamente desnudos y rozandose con cierta calentura.

Sus dedos paseaban desde mi pecho, rozando mis pequeños botones rosados los cuales ya estaban más rojos por esas mordidas previas que me había dado con sus dientes, rozaba ya mi abdomen pero a la hora de tocar mi miembro solo lo apretó ocasionandome un audible gemido.

Nuestras respiraciones agitadas, la suya rozando mi punta y como su lengua inspeccionaba, recorría y conocía mi hombría la cual ya comenzaba a mojarse, mis manos aferradas a esas sabanas blancas queriendo deshacerme de ellas y mi cuerpo alzandose queriendo más de esas provocaciones. Esos dedos largos y ásperos los cuales recorrían mi interior sin previo preparado, dolía pero no era un dolor insoportable, de hecho esa actotud algo brusca por su parte me llevaba a un mundo que antes no había conocido, era diferente a todas las experiencias que antes había tenido. Esos dedos ya se movían fuertemente, en un vaivén completamente rápido haciendome gemir de una forma alocada y ronca pero su mano libre cubría mis labios mientras que los suyos mordían y succionaba la suave piel de mi cuello, era un encuentro completamente erótico.

Sorprendido y sin decir mucho ya era guiado por él mismo hasta su miembro el cual lucía erecto, sonreí besandole un poco pero de inmediato deborandolo por completo, fuerte y agitado, dejando que él mismo llevara el ritmo de mis succiones y lamidas, como este empezaban a vibrar entre las paredes de mi boca, como se acoplaba y a la vez crecía en como mi saliva cubría completamente este. Me alejé de allí para ser bruscamente tirado a la cama, mi trasero se movía y le llamaba a entrar sin nada más que sintiendo un dolor agudo, se abría ante él mi cuerpo, mis paredes le apretaban de una forma tensa pero realmente placentera y deliciosa, mis gritos era altos pero callados por esos besos y mordidas en mi espalda para sentir ese ritmo impuesto por él. Fuerte, profundo y delicioso, nunca antes había disfrutado del sexo de esta manera, de una forma tan intensa que no había podido atender antes o poder dominarle. Su cuerpo se entralzaba completamente con el mío haciendome gemir de una forma realmente apasionada, mordía mi oreja pudiendo captar mi piel su dulce y frío aliento. Mi cuerpo ya empezaba a estar cansado hasta que de un fuerte movimiento nos hizo caer en un colapso, ambos en la cama, agitados y aún unidos de esa manera, mi piernas se manchaban con ese caliente líquido que salía de mi interior, queria hablare decirle algo, saber quien era y qué hacia con su vida pero cuando me armé de valor, después de recuperar mi respiración, vi esos ojos cerrados y ese aliento profundo; impresionado pero sin poder evitar esbozar una dulce sonrisa, mi diestra acarició su frente para apartar algo de cabello que molestaba allí, esa mirada tan calmada, completamente a lo que habpia conocido en la cama o esa noche en ese club nocturno.

- ¿Qué es esto? ...- Ni yo lo entendía, algo inconcluso, confuso y lleno de emociones revueltas que solo quería olvidar, solo había sido una noche por culpa del alcohol y esa extraña borrachera por no poder ser capás antes de llevar el control de la situación.


Ni cuenta pude darme cuando me había dormido, daba un poco de vueltas en la cama, mi cuerpo estaba pesado pero algo adolorido y sin mencionar esa molesta resaca que empezaba a golpear mi cabeza de forma intensa, me senté en la cama con las sabanas apenas cubriendome, debía de hacer memoria de lo que había pasado anoche, no es que lo hubiera olvidado por completo pero no recordaba el rostro de esa persona. Llevé mis manos a mis cienes queriendo encontrar esa figura que me tomaba, que me hacía sentir como nunca antes, excitado y con un movimiento fuerte y acelerado de mi corazón, moví mi cabeza de un lado para otro, quería mirar a la cama, saber de quien se trataba aquella persona anónima pero nada más al tomar algo de valor y hacerlo, lo único que mis ojos encontraron fue una pequeña hoja de papel a un lado.

- P-Pe-Pero ¿Qué es esto?.- La tomé entre mis dedos, estaba escrito con un lapicero negro, una extraña frase que realmente no la entendía, aún así me hizo sentir un rubor en mis mejillas.

“Que alguien te haga sentir cosas sin ponerte un dedo encima, eso es admirable”

No pude evitar reír por ello ya que era demasiado contrario a lo que decía o lo vivodo anoche entre ambos, poco a poco mi memoria volvía recordando a ese chico que en un principio le había hecho sentir rechazado, era increíble la noche que habían pasado ambos.

Una ducha, salir de ese hotel que misteriosamente ya la habitación la habían pagado antes, me acercaba a mi cafetería favorita junto a esa librería que tanto me gustaba ir a ver, de inmediato bebí ese delicioso manjar para mis labios pero aún dandole vueltas a la situación.

- Ese chico realmente … Me hace sentir extraño.- No sabía porque pero era un sentimiento completamente extraño y anexo a lo que siempre tenía en mi mente.

Levantandome y llendo nuevamente a esa librería por algo nuevo pero nada llamaba mi atención, regresé a casa, me recosté en mi sofá junto con una botella de agua helada para refrescarme, mis manos se unían para luego llevarlas a mis ojos y cubrirme levemente, pensaba y daba vueltas a muchas cosas, no era de esas personas que llenaban su mente de cosas abstractas después de una noche pero ese día todo había llevado a un resultado que ni yo mismo podría descrifrarlo, esa tarde como todas las demás, cogía ese libro con aquel título extraño, esa historia con un final trágico que me hacía sentir los sentimientos del protagonista, de ese autor que escribía solo sentimientos de tristeza y soledad aunque combinados con alegría y dicha. Terminando de leer eso, cogí un poco de agua pero una tonta pregunta se me vino a mi mente.

- ¿Volveré a verte?.- Reí de una forma tonta para coger una llamada y vestirme rápidamente para visitar mi usual trabajo pero con algo de duda si volvería a encontrarle en esa oscura noche ...