Escort contra Romeo (EXTRA)

Autor: Saiikeiilove
Pareja: Koyashige
Genero: Romance/lemon
Resumen: Kato Shigeaki es un chico normal cuyo deseo es el de enamorarse, pero una noche mientras intenta seducir a una mujer, aparece en su camino un misterioso chico bajo el seudónimo de "Romeo" que truncará todos sus planes..



Nota de la autora: este pequeño extra se ubicaría entre los capítulos 7 y 8





Me miré al espejo mientras abotonaba mi camisa blanca, me coloqué perfectamente la chaqueta del mismo color, y finalmente, aquella gorra que completaba el uniforme de gala. 

Esa noche daban una importante cena en el hotel; una gala donde las personas más importantes y adineradas de Japón acudiría fueran huéspedes o no. Una subasta "benéfica" con la cual cada año, el hotel se daba a conocer a más clientes. 

Era mi segunda vez en una de esas subastas, y aunque conocía el protocolo perfectamente, no podía evitar ponerme nervioso. Sobre todo, porque seguramente Romeo estaría allí. 

Tomé aire tratando de borrar esa estúpida sonrisa de mis labios, pero era imposible. Romeo me hacía sentir de una forma especial, me gustaba esa sensación de mariposas en el estomago cuando se trataba de él.. pero a la vez daba algo de miedo.  No quise pensar más en eso; después de todo, le vería esa noche durante la gala... o al menos eso esperaba.

Acabé de arreglar cada uno de los detalles de ese traje, me puse algo de perfume, así como los guantes que formaban parte del atuendo, y tomando una pose seria y formal, salí del vestuario para ir a reunirme con mis compañeros. 



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La gala había comenzado; a decir verdad, se me hacia aburrida. Todos esos ricos pujando... bebiendo, comiendo... mirando al "servicio" por encima del hombro... pero lo que realmente me tenia aburrido, era el no verle a él por allí.

Esa noche mi trabajo no consistía en ser un botones; si no el de camarero de mesa. Podría parecer un cargo sin importancia, pero en ese caso el protocolo era tan exigente, que incluso podía llegar a ser un trabajo más duro que el de botones.

Llevé el vino en una de las mesas, deseaba que acabara la gala de una vez... aunque sabia que me daría la madrugada bien entrada.  No podía evitar mirar por todas partes esperando encontrarme con él, y justo entonces, al levantar la mirada tras servir aquellas copas de vino, allí estaba él. De pie, justo en un rincón de la sala, con una copa de vino rosado en la mano, mirándome fijamente. 

Por un momento la botella de vino peligró en mi mano, pero de algún modo, tuve la habilidad de evitar un desastre. ¡Me había puesto nervioso! su mirada, su sonrisa... sabia que solo me miraba a mi, pero no podía sonreirle en ese momento, así que solo deseé que dejaba de verme de esa forma. 

Me di prisa en servir y me retiré de aquella mesa, no sin antes girarme y mirar a Romeo... él sonrió de nuevo, y yo oculté mi sonrojo bajando la mirada, sintiendo mis manos temblar.

Así que finamente él había acudido a la gala... pero no le había oído pujar por nada, ni siquiera se había sentado en una mesa. No le interesaban ese tipo de cosas ¿verdad? no me parecía ese tipo de persona... aunque, ¿qué conocía yo de él? solo esas noches en que era su escolta. 

Aproveché un minuto para disculparme con mis compañeros alegando que estaba algo mareado y salir a la terraza; realmente me sentía así. Sabia que no debía ausentarme de la sala, pero simplemente tuve que hacerlo. 

-Cálmate Shige... no le mires, no le hables... nadie puede darse cuenta...- apreté mis puños y cerré los ojos un segundo, pero cuando los abrí de nuevo, allí estaba él. -¡Romeo!- grité su nombre sin darme cuenta, y creí morir cuando sus dedos se posaron sobre mis labios haciéndome callar.

-Ven conmigo.- me susurró pegándose a mi oído. -ven a mi habitación.- me susurró de nuevo, de una forma tan seductora, que todo mi cuerpo tembló.

-No puedo hacer eso, estoy trabajando.- no... ¡él no podía hacerme eso! ¡no esa noche!

-Lo se... pero quiero que vengas conmigo.- tomó mi mano, jugó con mis dedos y besó el dorso de esta aun con el guante puesto. -estas muy sexy esta noche con ese uniforme blanco... te sienta demasiado bien.- sonrió, y quise desaparecer en ese momento. -no puedo... dejar de pensar en como sería quitártelo...- esas palabras tan atrevidas, contrastando con sus acciones sensuales... ya me había vuelto loco por él. 

-Eres.. un descarado...- le protesté intentando separarme de él, pero no me dejó hacerlo.

-Y te gusta que lo sea, te ruborizas cuando lo hago... y me gusta que te pongas nervioso como ahora.- sentí sus fuertes brazos rodearme, su boca buscar la mía de una forma descarada... y antes de que alguien pudiera vernos, el tiró de mi llevándome con él, justo a su terreno. 



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-¡Estas loco! ¡van a echarme si se dan cuenta!- protesté nada más entrar en la habitación, pero él solo volvió a besarme mientras se deshacía de su chaqueta, y de paso de la mía. 

-Quería verte...- me hizo quedar de espaldas a él, contra la cristalera de la habitación mientras desabotonaba los dos primeros botones de mi camisa con una mano, y con la otra acariciaba mi cuello. 

En ese momento vi nuestros rostros reflejados en el cristal. La habitación estaba a oscuras; solo las luces de los edificios daban algo de luz. Pude ver perfectamente su mirada a través de nuestros reflejo, como me miraba fijamente... y sentí vergüenza al ver mis ojos brillar de esa manera por él, al ver mis mejillas sonrojadas cuando su mano comenzó a desabrochar mi pantalón... en ese momento, cerré los ojos para no verme. 

-Shige.. no puedo esperar ni un segundo más para hacerte el amor.- todo mi cuerpo se estremeció, sentí que me caería al suelo cuando le oí decir esas palabras pegado a mi oído, haciéndome suspirar.

-Deja de decir esas cosas.- negué con la cabeza, me sentía como si no pudiera controlar la situación, aunque siempre era así cuando estaba con Romeo.. 

Sonrió, me giró de nuevo cara a él, y besó mis labios con dulzura; despacio, haciéndome que respondiera poco a poco a su beso... pero entonces, no quise quedarme atrás. Esta vez fui yo quien comenzó a besar su cuello... su garganta, hasta bajar por su pecho a medida que abría su camisa de color negro. 

Él no dijo nada, solo acarició mi cabello, y cuando quise darme cuenta, me vi arrodillado ante él, abriendo su pantalón... una vez allí no quise detenerme, y liberando su hombría, deslicé mis labio sobre su piel palpitante, húmeda.. sintiendo un calor diferente recorrer mi cuerpo a medida que mis caricias se volvían más descaradas sobre su piel.  

-Shige-chan...- le oí gemir mi nombre y le miré. 

Quise sonreír al ver esa expresión aturdida en su rostro, como esta vez parecia ser él, el que estaba en desventaja contra mi. Seguí deslizando mis labios sobre su miembro, sus dedos revolviendo mi pelo... hasta que me detuve queriendo tomar algo de aire. En ese momento me ayudó a ponerme en pie, y tomando mis labios, me llevó hasta la cama.

Ya era tarde para resistirme; ya me daba igual si se daban cuenta que no estaba en la gala... me daba igual incluso si perdía mi puesto de trabajo... no desperdiciaría una noche más con Romeo por nada.

Sentía mi pecho subir y bajar agitado mientras él acababa de desnudarme; como sacaba pieza por pieza de mi ropa... dejándome desnudo ante él.  

-Estas loco..- tuve que reír, y él volvió a besar mis labios con ganas, con pasión... pero de una forma tan dulce, que me hacia perder el sentido.



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Sus manos se deslizaban por mi piel humedecida por el sudor. Mi cuerpo sobre el suyo... moviéndome a mi antojo, sintiéndole dentro de mi. No quería mirarle, no quería abrir los ojos.. me había vuelto tan endemoniadamente loco de placer, que si le miraba en ese momento, sabia que moriría de la vergüenza. 

Mis manos se apoyaron en su pecho; podía sentir su corazón latir acelerado... su respiración era fuerte, gemía... y sabia que él no dejaba de mirarme en ningún momento; todo mi cuerpo estaba expuesto a sus ojos. 

-¡Aaaah!- sentí una fuerte sacudida en mi espalda que me obligó a ir más rápido, a erguirme un poco más sobre él buscando más profundidad.. pero sentía que más ya era imposible, que aquel era el limite de nuestros cuerpos. 

No podía dejar de morderme los labios buscando acallar mis propios gemidos.. pero sus dedos tocando todo mi cuerpo lo hacían imposible; solo quería más de él, dejarme llevar como estaba haciendo esa noche, volverme loco de deseo por él una y otra vez. 

-Mírame Shige.- me pidió, y aun sabiendo cual seria mi reacción, abrí los ojos para mirarle. 

Extrañamente no me avergoncé, al menos no del todo. Solo le miré, me detuve un poco, y me incliné sobre su cuerpo para besar sus labios. Tomé una de sus manos a la altura de su cabeza, apretándola entre mis dedos... y su otra mano, que no había dejado de acariciarme en ningún momento,  alzó mis caderas tomando el control... haciéndome gritar de placer, haciéndome acabar a la vez que él lo hizo dentro de mi. 



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Toda nuestra ropa seguía tirada por el suelo... a esas alturas, el traje de gala estaría arrugado... aunque tampoco tenia pensamiento de volver a mi puesto de trabajo. 

Sonreí tontamente cuando Romeo me abrazó y besó mis labios. Respondí al beso revolviéndome entre las sabanas... pero entonces se detuvo mirándome.

-¿Qué miras?- pregunté con la voz demasiado ronca.

-A ti.- sonrió y tuve que reír tontamente.

-Sabes que si me echan esta noche tendrás que buscarme un buen puesto trabajo ¿no?-

-Ah eso... no tienes que preocuparte, pedí en recepción que fueras mi escolta esta noche... y aceptaron, por eso fui a buscarte a la gala.- me quedé con la boca abierta mientras le oía.. ¿que le pasaba a ese hombre? 

-¿Pediste que?-

-En realidad... dije que te quería como camarero de habitación esta noche... solo tu y yo sabemos que eres mi escolta.- fue a besarme, pero entonces estampé la almohada en su cara.

-¡Podías habérmelo dicho antes! ¡pensaba que perdería mi trabajo!- me puse de pie buscando mi ropa, él me miraba desde la cama, sonriendo...

-No parecías pensar mucho hace un momento...- 

-Te lo tienes muy creído.- sentía mis mejillas arder, sobre todo porque estaba desnudo y no encontraba mi ropa.

Me detuve cuando él se levantó de la cama, y sin que pudiera hacer nada más, me tomó de la mano y acarició mi mejilla... 

-Te equivocas... tu consigues.. que me lo crea...- dijo aquello, y sus labios tomaron los míos... 

Tan dulce, tan apasionado y sensual como él acostumbraba a ser... de ese modo, volvimos a empezar enredando nuestros cuerpos... volvía a ser su escolta hasta el amanecer. 






FIN






Hola, tenia esto pendiente, lo había prometido, sobre todo por las personas que leyeron y comentaron hasta el final, así que por ellas este pequeño extra de una escena que se me quedó en el tintero mientras escribía el fic. 

Una vez más agradecer a las que habéis leído y comentado, y solo decir que ahora mismo no se cuando volveré a escribir. de momento, no tengo ni ideas, ni tiempo, ni ganas.. así que por el momento este será mi ultimo fic hasta que esas 3 cosas vuelvan a coincidir.. 

gracias de nuevo, y gracias por mantener el blog vivo, hasta la próxima.